PRIMERA PLANA

El drama de Arguineguín y el ocaso turístico

De momento, seguimos sin fecha para la larga esperada visita (ya fallida, ya a destiempo) del ministro (...) A saber cuándo su agenda lo permite...

Canarias 7, RAFAEL ÁLVAREZ GIL, 15-09-2020

No hay tregua. Ángel Víctor Torres, en estricta soledad política, desatendido por Madrid, el pasado fin de semana desatascó parcialmente la situación en el muelle de Arguineguín pero lo cierto es que poco ha durado la alegría. Desde la madrugada del domingo al lunes hasta la tarde de ayer seis pateras, con 68 inmigrantes a bordo, fueron interceptadas por Salvamento Marítimo y, otra vez, el problema se recrudece en Mogán. El enclave de Gran Canaria se convierte en un tapón que solo Torres, a ratos, logra descongestionar pero que en cuestión tan solo de horas vuelve a tocar a la puerta de la plaza de La Feria. La presión aumenta sobre el presidente del Gobierno pues una parte importante del empresariado vinculado al sector turístico y las fuerzas vivas piden que Torres remueva las fichas instando a Madrid a actuar cuanto antes. Especialmente, en Gran Canaria y en Fuerteventura donde las plazas alojativas son instrumentalizadas como válvula de escape improvisada. Y es entonces cuando surge el otro gran problema como repercusión del primero. Y todo ello justo cuando asistimos a la paralización del tejido productivo turístico que determina la economía isleña.

Esta realidad es insostenible y agrava la impaciencia de la patronal turística. El domingo Canarias fue testigo del cierre de hoteles pertenecientes a cadenas de renombre que han forjado el devenir económico y la creación de puestos de trabajo en las islas. Si en Euskadi o Cataluña hubiese parado (por decisión del propio empresariado porque no le quedase otra) la fabrica que fuese, enseguida el ministro de turno hubiese descolgado el teléfono y hubiera hecho las gestiones precisas para atender la demanda periférica.

Dicho de otra forma, la utilización de los hoteles como mecanismo de réplica ni por asomo se habría dado en Baleares. Y si hubiese ocurrido, no tardaría nada el Ejecutivo central en subsanar la problemática. Los periódicos editados en Madrid siguen denunciando los focos migratorios en condiciones inhumanas que se están dando en el sur de Europa. Y hacen su trabajo, y lo harán bien. Pero no hay ninguna referencia al muelle de Arguineguín. Torres podrá sortear el reto una o un par de veces, pero no siempre. A medida que crezca la llegada de inmigrantes irregulares (un fenómeno que el pueblo canario históricamente entiende y ofrece ante el mismo su solidaridad que le caracteriza) lo tendrá más difícil el aruquense. De momento, seguimos sin fecha para la larga esperada visita (ya fallida, ya a destiempo) del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones José Luis Escrivá. A saber cuándo su agenda lo permite… Riu cierra ocho de sus doce hoteles en el archipiélago, sin plazo previsto para su reapertura. Y Lopesan siente idéntico abismo. El arreglo político no llega. El Estado no cumple con las expectativas que se presuponen. Y la intermediación de la Delegación del Gobierno no da resultados. La urgencia humanitaria apremia y la inquietud social se redobla. De hecho, ya es tarde.

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