La operación de salida de inmigrantes del muelle de Arguineguín iniciada en la tarde del pasado sábado es solo un remedio pasajero. La llegada ayer de una nueva remesa de pateras pone en evidencia, como ha planteado el Gobierno de Canarias y como también hacen casi toda las fuerzas políticas, que es preciso recurrir a las derivaciones de inmigrantes irregulares a otras comunidades autónomas, mientras se consigue en los países emisores un estricto control de fronteras.

El trasiego de pateras remolcadas hasta Arguineguín fue incesante ayer. Y allí, en el muelle, quedaban confinados a la espera de los trámites administrativos y, sobre todo, el control sanitario por el protocolo contra la covid-19.

LA EFICACIA DEL SIVE
Informe entregado
El presidente del Gobierno de Canarias confirmó ayer que ya tiene su poder el informe que había pedido sobre la eficacia del sistema de vigilancia por radar de las costas.
Fallos en la detección
El informe explica que en ocasiones, sobre todo según el estado de la mar, es difícil detectar con antelación toda barquilla.
Sin control
En las últimas semanas han sido varias las pateras que han llegado a diferentes playas de las islas sin ser detectadas previamente.
Mientras, el Ministerio de Migraciones sigue con los traslados poco a poco hacia centros turísticos, una medida que la patronal del sector reclama que sea temporal, pero que no lo será mientras que no haya derivaciones y mientras las devoluciones a los países de origen sean imposibles en varios estados africanos precisamente por la pandemia.

Ayer, la Salvamar Menkalinan socorrió a 18 hombres de origen magrebí localizados en otras dos pateras al sur de Gran Canaria, la quinta y sexta del día, lo que eleva a 58 los inmigrantes rescatados en aguas próximas a la isla, informaron Salvamento Marítimo y el 112.

Los primeros rescates se pusieron en marcha poco después de la medianoche del domingo, tras recibirse en el radar del sistema de vigilancia costera Sive varios ecos sospechosos.

Las primeras tres barquillas fueron auxiliadas a partir de las 0.30 horas por la Guardamar Polimnia, la embarcación con la que Salvamento Marítimo acaba de reforzar su servicio en Canarias.

Primero localizó a 17 hombres en una patera a 15 kilómetros de distancia del faro de Maspalomas, luego a otros doce a 20 kilómetros y luego a trece más a unos 16 kilómetros de tierra.

Sobre las 5.40, el radar del sistema de vigilancia costera SIVE detectó otro eco sospechoso a 22 kilómetros al sur de Gran Canaria.

La Polimnia se acercó a la zona y encontró a la cuarta patera, con ocho inmigrantes magrebíes a bordo.

Los rescates realizados después por la Salvamar Menkalinan también se corresponden con pateras detectadas por el Siveo avistadas por los aviones de Salvamento Marítimo y el Servicio de Búsqueda Rescate del Ejército del Aire (SAR) que operan estos días en Canarias.

Por su parte, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, apostó ayer porque la Unión Europea logre un acuerdo conjunto y estable sobre inmigración para no tener que abrir «negociaciones constantes» cada vez que llegan inmigrantes de manera irregular a las costas europeas.

Para González Laya, «ha llegado la hora de que, en vez de hacer un ejercicio constante ‘ad hoc’ de respuesta ‘ad hoc’ a situaciones concretas, le demos a la migración en Europa un marco estable en forma de un acuerdo conjunto de Europa».

La ministra respondió así en rueda de prensa al ser preguntada por si España se plantea acoger a algunos de los cientos de menores afectados por el incendio en el campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos.

«La gestión de la inmigración debe ser responsabilidad de todos», contestó la ministra González Laya, quien cuestionó que «tengamos que convertir los temas migratorios en negociaciones constantes entre estados miembros».