DEL DIRECTOR

«¡Pero qué bien vivís los canarios!»

La secretaria de Estado se despachó a gusto llevándole la contraria a Torres

Canarias 7, FRANCISCO SUÁREZ ÁLAMO, 15-09-2020

Me pellizqué para asegurarme de que no estaba dormido. También cabía la posibilidad de que lo hubiese leído mal. Pero no fue ni lo uno ni lo otro. Me explico: una información de la agencia de noticias Efe dio cuenta ayer de las declaraciones de la ministra de Exteriores, González Laya, en un encuentro con periodistas, donde estos le preguntaron por el drama que vive la isla de Lesbos al arder el campamento de refugiados de Moria.

En un alarde de realismo y lucidez, la ministra abogó por una respuesta europea, de manera que cada episodio de repunte migratorio no tenga que ser resuelto en exclusiva por el país que recibe a las personas que huyen en busca de una vida mejor. Y puso con mucho acierto lo que sucede en Canarias, con el repunte migratorio, y la ausencia de respuesta comunitaria. Hasta ahí, todo correcto. Es más, casi de diez.

Lo que me chirría es que las preguntas de los informadores a la ministra se centraron en si España estaría dispuesta a acoger a parte de los inmigrantes que hay en Lesbos abandonados a su suerte. De lo que pasa en las islas, en estas, no consta pregunta alguna. Como si no existiéramos, como si nos hubiesen borrado del mapa, como si en los últimos meses, además de llegar cientos de personas, no hubiesen muerto decenas, más las que han fallecido y no hay registro porque se quedaron por el camino…

Claro que no hay que mirar solo hacia los compañeros de la prensa con sede en la península. Por desgracia, también hay que hacerlo nuevamente hacia algunos despachos oficiales y en especial hacia el Ministerio de Migraciones, Seguridad Social e Inclusión. Por si fuera poco con lo del ministro, que todavía no encuentra hueco suficiente en su agenda para desplazarse a Canarias a explicar cómo resuelve un asunto que es de su competencia directa, ayer la secretaria de Estado se despachó a gusto llevándole en la práctica la contraria al presidente de Canarias, al Gobierno en peso, a la práctica totalidad de las fuerzas políticas y a las organizaciones no gubernamentales. Cualquier persona de fuera de esta tierra que hubiese escuchado a la secretaria de Estado habría llegado a la conclusión de que efectivamente el archipiélago será, además de puerta de entrada, una especie de cárcel gigante en la que estarán retenidos ‘sine die’ los inmigrantes, pues para Madrid todo está atado y bien atado. Solo le faltó soltar eso muy habitual en algunos foros de Cádiz para arriba de: «Pero qué bien vivís los canarios».

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