ENTREVISTA AL PRESIDENTE DEL GOBIERNO DE CANARIAS
«Pongo la defensa de Canarias por encima de cualquier otra cosa»
A pesar de la que está cayendo, Ángel Víctor Torres ve solidez en el pacto regional y aboga por sacar el fenómeno de la inmigración del debate partidarioÁngel Víctor Torres. Presidente de Canarias
Canarias 7, , 14-09-2020En esta entrevista, hecha en la mañana del viernes en la capital grancanaria, el presidente repasa un periodo especialmente intenso, con la pandemia, el fenómeno migratorio, los cambios en Sanidad y el inicio del curso como factores de una aparente tormenta perfecta.
–¿Para qué ha servido el «profundo malestar» exhibido por el presidente de Canarias el pasado lunes tras conocer que no venía el ministro de Migraciones?
–Lo previsto era que el jueves estuviese aquí el ministro y le quito ya hierro a ese asunto porque lo que toca es buscar salidas, soluciones. El jueves se produjo al reunión interministerial y se toman medidas inmediatas, como el inicio de la salida de los inmigrantes en el muelle de Arguineguín.
«Creo que es la esfera en la que no debemos hacer lucha de partidos políticos»
–¿Le parece bien la fórmula de utilizar instalaciones turísticas para el alojamiento?
–Yo vuelvo a repetir que esa es una solución excepcional, transitoria. Los hoteles son espacio para alojar a huéspedes. Los espacios que hoy están ocupando la inmigración de más de 18 años, que es competencia del Estado, los ha aportado al 99% el Gobierno de Canarias. Después hay algunos aportados por algún Cabildo, como el de Fuerteventura, y también hay algunos municipios que han actuado solidariamente con los menores no acompañados (menas), y recuerdo en ese sentido los casos de Arucas, Tejeda, Moya, Candelaria, Santa Brígida… no quiero dejar a ninguno atrás. ¿Qué ocurre? Pues que los espacios que cedió el Gobierno de Canarias, que son educativos, tienen que utilizarse por el comienzo del curso.
–Pero explíqueme qué ha pasado. ¿No pintamos nada en Madrid, no se ha sabido explicar el problema en Madrid, no nos han hecho caso…?
–No, no. Ahí están las conferencias de presidentes, donde de manera permanente yo avisaba de lo que iba a ocurrir y que teníamos que buscar soluciones. No es fácil encontrar espacios. Ha habido dificultades con los CIE, El Matorral tenía que haberse puesto a disposición hace tiempo, y en ese caso no había ninguna disputa institucional, pues el Cabildo estaba de acuerdo… En algunos lugares sí genera controversias porque hay ayuntamientos que entienden que las infraestructuras elegidas igual no son las mejores. Se hizo un paso importante con la actuación que se iba a hacer en el polígono de Arinaga, pero luego hubo dificultades con la licencia y eso trastocó los planes del Ministerio de Migraciones… Pero no es solo la acogida, porque hay más cosas: hay que mejorar la vigilancia, hay que activar los mecanismos con los países de origen… Esto ya lo vivimos una vez y lo pudimos resolver pero no sin dificultades. Ahora estamos en una oleada de unas 150 / 200 personas al día, barcas que llegan a la orilla de playas conocidas por todas y he pedido un informe por escrito de la situación de la vigilancia.
–¿A día de hoy está el informe?
–Me dicen que hoy (por el viernes) me llega pero no lo tengo aún.
–¿Entonces tenemos que darle la razón al discurso nacionalista de que en Madrid no nos hacen caso?
–No. No le pongo adjetivo político a ese discurso pero sí tengo que decir, por ejemplo, que el delegado del Gobierno, el anterior, pidió colaboración a todos los ayuntamientos y la lista es la que es. No es fácil habilitar infraestructuras y las públicas, son las que son, incluso las militares. Dan un número determinado de plazas y hay que tirar de otros espacios. Y en esto hay gente de otros partidos que unos han puesto a disposición sus infraestructuras y otros no, por razones que cada uno deberá explicar. No se puede decir que el Gobierno dé la espalda a la inmigración, pero yo no quiero hacer política con esto. Creo que es la esfera en la que no debemos hacer lucha de partidos. Pongo un ejemplo: yo no gobernaba en Canarias cuando a un alcalde socialista le pidieron sus infraestructuras municipales para menas, y las cedí, y lo tuve que explicar, entre otras personas, a mi madre, porque hubo una asamblea y era en mi barrio. Habrá que preguntar qué ha pasado para que catorce años después no haya idéntica solidaridad, qué está pasando en la política española, que hay partidos en el Parlamento estatal que azuzan la xenofobia y que tratan al inmigrante como un ser despreciable, cuando nosotros hemos sido inmigrantes.
–¿El Gobierno de Canarias está satisfecho con la actuación del delegado del Gobierno en este asunto?
–El delegado tiene una papeleta difícil y hay que reconocerlo. Cuando mandas una carta para pedir infraestructuras y la respuesta es mínima, cuando empiezas a tirar de infraestructuras del Gobierno de Canarias pero tienes que devolverlas porque empieza la actividad, cuando busca alternativas, como los hoteles, que no es el fin para el que nacieron, pues le han llovido las críticas… Pero creo que tiempo para llevar esto al debate político lo habrá pero lo que se precisa ahora es poner soluciones.
–Mencionó el llamado ‘verano de cayucos’ pero es verdad que hay dos factores que no se daban entonces: no había pandemia y no había crisis económica. Pero entonces se usaron instalaciones militares para la acogida temporal. ¿Por qué ahora no? ¿Le consta que haya habido ofrecimiento por parte de los mandos militares y que alguien en Madrid lo haya impedido?
–Eso lo desconozco. Lo que nos trasladan desde la Delegación es que hay espacios militares que hay que desmilitarizar, porque tienen armamento. Lo que nosotros trasladamos es que los espacios que son CIE tienen que readaptarse para dar un trato distinto y que haya posibilidad de albergar. Se ha puesto sobre la mesa espacios de la Sareb que pueden ser utilizados. Esa era y es el sentido de la reunión con Escrivá en Canarias, que espero que se haga este mes, y que se traiga el resultado de estos meses con una disposición de esos posibles espacios.
–¿Pero entonces todo gira en torno a que llegan aquí y se quedan aquí?
–No. Insisto en que el acogimiento es una parte, pero no toda la solución. La reunión con Mauritania es importante y también lo es resolver el tránsito de las personas, que puedan llegar a Europa con la legalidad vigente. La UE, en la reunión del Consejo Europeo, no llegó a un acuerdo y por tanto se margina a las regiones que son frontera, y nosotros somos frontera sur. También hay que abordar posibles repatriaciones, con todas las garantías de respetar los derechos humanos, y con luz y taquígrafos. Tiene que haber solidaridad del Estado, no ya del Gobierno de España, sino del conjunto de España. He intervenido en una reunión con dirigentes de mi partido y les he insistido en que este no es un asunto de Canarias, sino del Estado.
–También le vimos una tarde muy enfadado en público a cuenta del repunte de casos de covid-19. ¿Fue un enfado con la sociedad canaria o fue un enfado con las administraciones, ayuntamientos y cabildos, por cómo se había actuado y cierta relajación desde el final del estado de alarma
–Creo que lo que ocurrió fue que la pandemia, en la oleada uno, no afectó por igual en todas las islas, y eso hizo que, por ejemplo, el miedo calase más en Tenerife, que tuvo más casos al inicio. Cuando llega la nueva normalidad, se avisa, se afirma que hay que convivir con el virus, pero hay un adelgazamiento de las medidas y una suavidad en cuanto al cumplimiento por parte de la sociedad. Y cuando digo la sociedad me refiero también a todos, incluidas las fuerzas y cuerpos de seguridad. El 6 de agosto, que fue nuestro último Consejo de Gobierno, estábamos en unas cifras magníficas y no había ni que ponerse obligatoriamente la mascarilla. Después ves que las cifras aumentan y te encuentras con un informe que te dice que el 1 de agosto, entre discotecas de la misma zona, hubo un contagio que afectó a más de 60 personas que fueron a otras islas. Y eso te enerva. Porque vas tomando medidas para recuperar la actividad y ves que hay gente irresponsable que incumple las normas. Porque nos jugamos el futuro económico y el colapso de los hospitales. Hoy los datos empiezan a ser positivos, porque los cribados dicen que la contagiosidad es muy baja.
–¿Por qué no se acordó el confinamiento de algunas zonas en la capital grancanaria o en Arrecife?
–¿En qué se diferencian las medidas del confinamiento de algunas de las que ha tomado el Gobierno de Canarias? Fuimos, por ejemplo, los primeros en poner límites de diez personas en las reuniones, nos adelantamos a medidas duras como el cierre del ocio nocturno, o la limitación de fumar en espacios públicos… Creo que fue muy importante la reunión de la Junta de Seguridad, con el Ayuntamiento de la capital grancanaria y el Cabildo, además de las fuerzas de seguridad, para hacer ver que hacía falta más vigilancia.
–¿Se llegaron a plantear la creación de un mando único de seguridad?
–Sí, y de cierta manera se hizo…
–…¿porque había cierta descoordinación entre policías locales, Policía Nacional, Policía Canaria y Guardia Civil?
–En parte sí, por eso pedimos que hubiera colaboración, y también lo hicimos en Lanzarote. El tema competencial lo he padecido y te encuentras, por ejemplo, que si en una rotonda de una vía interinsular no aclaras esa competencia, ni la Guardia Civil ni la Policía Local actúan. Creo que la reunión sirvió para eso.
–La pandemia ha impactado en todo y en el turismo de manera arrolladora. ¿Por qué cuesta tanto convencer a Madrid y Europa de los controles para los viajes aéreos?
–Primero porque la Unión Europea no se ha convencido de ello, porque el PCR da una ‘foto’ en un momento exacto, pero a los cuatro días puedes contagiarte. Canarias lo que planteó fue test en origen en el espacio Schengen. ¿Qué ha cambiado desde entonces a hoy? Para lo que viene, y en tanto en cuanto tenemos una vacuna, todos los países han sentido un zarpazo a la baja en el turismo, y ahora todos entienden que los países de la zona Schengen y en especial los que tienen mayor flujo turístico, entienden que hay que arbitrar corredores de seguridad en puertos y aeropuertos. Esperamos tenerlo a final de mes.
–Si no se fijan protocolos homogéneos, ¿no corremos el riesgo de que haya voces, que alguna ya hay, que plantee que por qué en el tránsito interinsular, no se hace controles a quienes viajen desde Gran Canaria y Lanzarote a otras islas?
-Alguien lo puede plantear pero hay que huir de eso. Hace nada, dos meses, se podía haber dicho a la inversa, y se hacían controles entre islas en el estado de alarma. Pero ahora, según nos traslada el Ministerio de Sanidad, no se puede hacer.
–Y en medio de todo esto, el cuarto director del Servicio Canario de Salud. ¿No es el dibujo de un fracaso político?
–El fracaso es que se nombre a alguien y que, si no funciona, permanezca en el lugar. Tras el cese de Teresa Cruz como consejera, llego Julio Pérez, que tiró de Antonio Olivera, pero ambos dijeron que era transitorio, en un momento excepcional. Siempre dije que con la nueva normalidad habría un nuevo equipo, y llegó Blas Trujillo, que apostó por una persona de su confianza, que es un caballero, con la mejor disposición, que tenía un impedimento: había estado fuera de la administración muchos años y no vivió dentro la pandemia, y el propio consejero y el mismo director general del SCS plantearon que la mejor es que hubiese un cambio. En ese cambio lo que se propuso, por parte del consejero, es tirar de la seguridad de la gestión, y eso lo da el coordinador del comité científico, que entendemos que con su conocimiento del SCS nos da la mayor fiabilidad.
–Pero que trabajó con un Gobierno de Coalición.
–Es verdad pero también es verdad que la mayor parte de su tiempo como gestor ha sido con equipos socialistas.
–La explicación que acaba de dar es como reconocer que la mejor garantía de gestión la da ahora mismo el modelo de CC.
–No, no… Es un gestor que la mayor parte de su tiempo ha trabajado con los socialistas, que estaba en una consejería presidida por Chano Franquis, que conoce la gestión, y que es la apuesta que entendemos más segura. Y como presidente del Gobierno de Canarias pongo la defensa de Canarias por delante de cualquier otra cosa. ¡Cualquier otra cosa! Mientras sea presidente, ese será el fin. Lo he hablado con compañeros… le agradezco el trabajo a compañeros que ya no están. Tengo amigos que han sido concejales de mi municipio y que en un momento determinado entendía que no debían seguir en la lista, lo aceptaron mal y luego han vuelto.
–¿Tenemos ahora una consejería de Sanidad en la que se prima la gestión y lo de menos es que se haga una política socialista?
–No, no. Las líneas políticas de Sanidad las marca el Gobierno. Este es un Gobierno de progreso con un consejero socialista en Sanidad, y el director del SCS están a las órdenes de ese consejero.
–Pero hay cargos socialistas, como Jesús Morera, que se van porque entienden que el modelo de Conrado Domínguez no es compatible con el suyo.
–Sí, sí. Así me lo traslada Jesús, una persona con la que tengo una extraordinaria relación, mi aprecio y todo mi reconocimiento profesional y como compañero de la organización. Es una persona que dice las cosas claras, como yo y a la inversa. Él ya me trasladó que si se nombraba a Conrado, él se hacía a un lado, y eso ha hecho. El presidente, repito, tiene que tomar estas decisiones difíciles, porque se tienen que mover por su conciencia, y si se equivoca es quien lo paga. Solo espero que nos den tiempo para la gestión, sobre todo en un momento difícil.
–¿Le costó mucho convencer a Podemos de la idoneidad del cambio?
–Cuando se adelantó que el cambio iba al Consejo de Gobierno, Podemos tuvo un debate interno y me hizo saber su posición. Fue un Consejo de Gobierno largo y tuvimos también una reunión interna en la que Noemí Santana me expuso sus motivos y yo también los míos. Por eso en el pacto está que cada grupo hace los nombramientos en sus áreas. Y se aprobó el nombramiento sin ningún problema.
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