La Iglesia señala que la «pobreza creciente de África» es la causa de la inmigración

La Razón, 17-06-2006

Madrid – Tras las Jornadas de Pastoral de las Migraciones celebradas del 8
al 10 de junio pasado, los delegados en este campo de todas las diócesis
españolas hicieron público ayer un estudio en que analizan las causas y la
labor de la Iglesia ante el fenómeno de la inmigración ilegal. Según la
experiencia de los delegados «la mayor parte de los inmigrantes que llegan
a España en busca de mejores condiciones de vida no vienen en pateras o en
cayucos», aunque estos casos «nos impresionan más y tienen un mayor
impacto mediático».
   El comunicado señala además que «las
condiciones de vida que encuentran los que se consideran afortunados por
llegar a nuestro país, dejan mucho que desear, así como la posterior
suerte que corren, ya sea en su posible traslado a la península sin
papeles, ya sea en la enorme frustración y riesgo de su vida que sufren
cuando son devueltos a sus países de origen».
   Cayucos. En
este contexto, los delegados de Migraciones consideran que «el único
problema no son los cayucos ni el solo hecho de no tener papeles» y
afirman que «el problema mayor es África que se empobrece cada vez más por
diversos motivos, neocolonialismo de los países ricos, corrupción de los
propios dirigentes de los países africanos, fuga de cerebros al primer
mundo… Es una situación realmente insostenible que nos debe hace pensar
y actuar de modo consecuente».
   También expresan su «comunión
con la Iglesia de las diócesis del archipiélago canario y demás diócesis
del Sur de España, que sufren ante esta situación de injusticia
migratoria, y le ofrecemos nuestro apoyo a fin de construir caminos de
solidaridad».
   Finalmente, hacen «un llamamiento a las
autoridades políticas, a las distintas administraciones y organizaciones
implicadas en el mundo de la inmigración» para que traten con «dignidad» a
estas personas y adopten «soluciones justas que combinen la ayuda a los
países de origen para su desarrollo, el cese de la expoliación exterior a
la que está sometidos y el bienestar de los inmigrantes que han llegan a
nosotros».
   

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)