La inmigración impulsa un tímido aumento de la natalidad en España

Nuestro país, con una media de 1,34 hijos por mujer en 2005, registra la

La Razón, 17-06-2006

Madrid – Las mujeres españolas en edad fértil tienen una media de 1,34
hijos. Es la mitad de la que había hace treinta años en nuestro país pero,
sin embargo, es la mejor tasa que registrábamos en los últimos trece años
y un indicativo de que la tasa de fecundidad empieza a recuperase, aunque
a paso muy lento.
   Durante 2005 nacieron 565.616 niños, 11.025 más
que el año anterior, de modo que la tasa bruta de natalidad, que refleja
el número de nacimientos por cada mil habitantes se incrementó hasta
10,73, frente al 10,65 del año 2004, según los datos provisionales del
movimiento natural de la población del año pasado hechos públicos ayer por
el Instituto Nacional de Estadística (INE).
   El aumento, pese a
ser positivo, es sin embargo, casi insignificante y constata un
estancamiento de la tasa de natalidad en España.
   Hay que
descartar que vivimos un «boom» de natalidad, pero es cierto que la
inmigración ha contribuido de manera importante a mejorar las estadísticas
ya que el incremento total de nacimientos se debió, en parte, a la
fertilidad de las madres extranjeras, que continúa en aumento. No hay más
que echar un vistazo a las estadísticas. En 2005 hubo 69.300 nacidos de
madre extranjera, un 11,7 por ciento más que los registrados en 2004, que
fue de 62.633.
   Dentro del contexto global, los bebés nacidos de
madre foránea representan ya el 15 por ciento del total, frente al 13,8
por ciento de 2004 y el 12,2 por ciento de 2003.
   Si atendemos a las
nacionalidades de las progenitoras, las ecuatorianas son el colectivo más
numeroso, seguido de las marroquíes. Sin embargo, estas últimas fueron las
que más hijos tuvieron el año pasado: 14.558, el 20,8 por ciento del total
de nacimientos de madre extranjera.
   Las mujeres ecuatorianas
tuvieron 9.922 hijos en 2005, el 14,2 por ciento del total, mientras que
las colombianas y rumanas, un 7,1 y un 9,8 por ciento respectivamente.
   Curiosamente, las marroquíes suelen tener mayor descendencia en España
que en sus países de origen, según apuntó Daniel Devolder, investigador
del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de
Barcelona. Si en Marruecos la media es de dos o tres hijos, en España
supera los tres, mientras que en el caso de las subsaharianas, con una
media de seis hijos por mujer, cuando llegan a España reducen a la mitad
la media de hijos.
   Devolder resaltó «el impacto que está causando la
inmigración a la hora de elevar las tasas de natalidad en España, pero no
podemos hablar de que en estos momentos se haya disparado la natalidad
porque las estadísticas revelan que España está muy estancada por la
pequeña evolución que se ha apreciado. Las mujeres españolas quieren tener
hijos, pero el problema es que se plantean la maternidad demasiado tarde
en muchos casos por cuestiones de trabajo o dificultades de acceso a la
vivienda».
   El investigador de la Autónoma de Barcelona hizo
hincapié en que, pese al ligero aumento apreciado en la natalidad, aún
seguimos muy por debajo de la media europea de hijos por mujer, que es de
1,7, frente al 1,3 español. Curiosamente, hace treinta años España
figuraba en el grupo de cabeza de los países con más hijos por mujer,
después de Irlanda. Hoy nos hallamos en el otro extremo. Ocupamos el
penúltimo lugar de la lista sólo por delante de Italia, que es el que
queda peor parado en la comparativa europea.
   Hijos fuera del
matrimonio. Los datos sobre movimiento natural de la población también
constatan que cada vez nacen más hijos fuera del matrimonio y que la tasa
de nupcialidad disminuye. El año pasado se registraron 209.125
matrimonios, 7.024 menos que en el año anterior. Así, la tasa bruta de
nupcialidad (el número de matrimonios por cada mil habitantes) se situó en
4,82, frente la 5,06 registrado en 2004.
   El Instituto de Política
Familiar (IPF) lamentó ayer los pésimos datos sobre nupcialidad dados a
conocer ayer por el Instituto Nacional de Estadística. «Las cifras son
preocupantes para la familia española y son consecuencia lógica del
abandono por parte de la administración española de la familia, de su
política insuficiente, de la implementación de medidas regresivas, como la
ley del divorcio express, y del incumplimiento de la mayoría de las
promesas electorales», denunció Eduardo Hertfelder, presidente del IPF.
   En su opinión, aunque en valores absolutos el número de matrimonios se ha
estancado en los últimos 25 años, alrededor de los 200.000 al año, no ha
ocurrido lo mismo en cuanto a la tasa de nupcialidad, que ha descendido
desde los 7,23 en el año 1976 hasta 4,82 en el 2005.
   Si a esta
circunstancia le añadimos que la cifra de rupturas matrimoniales está
creciendo vertiginosamente en España, la situación que se crea es que las
rupturas matrimoniales están creciendo a ritmos más acelerados que la
creación de nuevos matrimonios, de tal manera que en el año 2010 se
producirán, en un año, tantas bodas como rupturas, expone el IPF.
   «Inestabilidad» familiar. Según el presidente del Instituto de Política
Familiar, «en estos momentos, la familia vive una situación de
inestabilidad sin precedentes en España».
   Así, «Hoy más
que nunca es necesario aplicar una verdadera política integral de la
familia y realizar una apuesta decidida por la familia. Hay que cambiar la
concepción dominante hasta ahora en un doble sentido: apostar por la
familia es invertir en futuro y no un gasto y como consecuencia de ello
hay que diseñar y aplicar políticas públicas con perspectiva de familia e
implementar una verdadera política integral de familia».
   Por otro lado, en el año 2005 se registraron 387.019 fallecimientos,
15.085 más que en 2004. Así, la tasa bruta de mortalidad (número de
defunciones por cada 1.000 habitantes) aumentó hasta situarse en 8,92
frente al 8,71 del año 2004, siendo el número de defunciones de
extranjeros de 9.709 (el 2,5 por ciento del total).
   El 73 por ciento
de estas muertes correspondió a nacionales de países miembros de la Unión
Europea, que son los extranjeros residentes en España con edades medias
más avanzadas.
   Por países, destacaron el Reino Unido y
Alemania, con el 24,6 y el 14,2 por ciento del total, respectivamente.
   En este contexto, el Instituto Nacional de Estadística ha destacado que
el crecimiento vegetativo de la población (diferencia entre el número de
nacimientos y defunciones) fue de 78.597 habitantes en 2005, cifra
inferior a la registrada en 2004, que fue de 82.657.
   Por
comunidades, las autonomías que registraron un mayor crecimiento
vegetativo en términos absolutos durante el año 2005 fueron Madrid (con
28.282 habitantes más), Andalucía (con 26.248) y Cataluña (con 17.254),
mientras que las comunidades autónomas de Galicia, Castilla y León,
Asturias y Aragón registraron los crecimientos vegetativos negativos más
notorios, se, según los datos del Instituto Nacional de Estadística .
   

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)