Unión Europea Estados Unidos América Latina Asia Oriente Próximo África
El fuego se desata en el campamento de Moria, en la isla de Grecia, durante las protestas de refugiados contra la cuarentena tras una treintena de positivos por coronavirus
El Correo, , 10-09-2020El campo de refugiados de Moria, en la isla de Lesbos, que alberga a cerca de 13.000 personas, ha quedado prácticamente destruido en un incendio provocado esta madrugada tras enfrentamientos entre los migrantes. Hasta el momento no hay informaciones sobre víctimas, pero los bomberos todavía no han podido acceder a las carpas y los contenedores-vivienda.
Según el alcalde de la pequeña población de Moria, Yiannis Mastroyiannis, el incendio se desató después de que 35 personas que habían dado positivas de coronavirus se negasen a que les trasladaran a un centro de aislamiento. A partir de ese momento comenzaron enfrentamientos entre los propios refugiados y algunos empezaron a provocar incendios, tanto dentro del recinto cerrado como en el olivar que rodea al campo, en donde viven miles de migrantes. Mastroyannis explicó, en declaraciones a la cadena de televisión Skai, que el fuego está controlado y los residentes que salieron huyendo se encuentran en su mayoría en las inmediaciones de Moria.
«El fuego se originó con cuatro pequeños focos de fuego que pronto se convirtieron en uno con la ayuda del viento y las personas que estaban en el campo salieron en estampida. En la situación que albergaba Moria, era imposible sobrellevar esta situación en donde ni por asomo se podían llevar a cabo todas las medidas de seguridad e higiene para afrontar esta situación que se preveía», cuenta Peio Garcia Amiano, responsable de la ONG Zaporeak que opera en la isla.
Después de que miles de personas que huyeron del campamento empezaran a dirigirse hacia la capital, Mitilene, la policía bloqueó el acceso a la ciudad, situada a unos 8 kilómetros, para evitar una emergencia sanitaria, ya que el campo se encontraba en cuarentena por el brote de COVID-19.
Debido a los fuertes vientos, las llamas se propagaron con rapidez y arrasaron prácticamente todo, especialmente los contenedores y carpas. El encargado gubernamental para los campos de refugiados, Manos Logothetis, afirmó que el campo ha sido totalmente evacuado y que ahora el reto es buscar alojamiento para las 13.000 personas que lo habitaban. Según los medios locales, se está barajando la posibilidad de trasladarlos a una playa cercana hasta que se encuentre una solución.
El incendio se produce una semana después de la aparición del primer caso de COVID-19 en Moria, y un día después de que las autoridades sanitarias confirmasen que entre las 2.000 personas que tuvieron contacto con el paciente, 35 dieron positivo en la prueba y debían ser aisladas. De todas estas personas, solo una presentaba síntomas. El paciente cero es un somalí de 40 años que ya había obtenido el estatus de refugiado y que en agosto se había trasladado a Atenas para buscar empleo. Al no tener suerte, había optado por volver a Moria, donde se había instalado en una carpa en el olivar que rodea el campo.
Muchas organizaciones humanitarias llevan meses advirtiendo de que, debido a las pésimas condiciones sanitarias, Moria es un polvorín y desde hace tiempo exigen que como mínimo se evacúe a toda la población vulnerable. Desde el estallido de la pandemia, el Gobierno ha trasladado al interior del país a más de un millar de personas que pertenecen a este grupo.
«La situación es muy grave: no hay agua»
A lo largo de la mañana muchos refugiados, incluidos niños, han empezado a moverse por el campo buscando pertenencias, sin que nadie se lo impidiera, a pesar de que en algunos puntos todavía hay pequeñas llamas y las temperaturas de los objetos carbonizados son elevadas. «A algunos le dio tiempo de recoger sus escasas pertenencias, pero la gran mayoría se fue con lo puesto», sostienen desde Zaporeak.
En estos momentos la ONG guipuzcoana Zaporeak, allí destinada, está coordinándose «con el resto de ONGs para hacer un mapeo de la situación, localizar dónde están la mayoría de las personas refugiadas y dar alimento y agua a los que podamos. Es seguro que hoy y en los próximos días, estas personas no van a tener comida. Desde la ONG No Border Kitchen van a cubrir toda la parte del campo de Kara Tepe, donde se encuentran refugiados en situación vulnerable o con posibilidades de obtener el asilo, y nosotros vamos a asistir en los alrededores de Moria. El cáterin diario no ha entrado, no tienen agua y hay que hacérsela llegar sí o sí», explica desde la isla Malen Garmendia, la coordinadora de Zaporeak en Moria.
«La mayor parte del campo está calcinada. Ya no queda nada. Moria ya no existe. Muchas personas huyeron como pudieron tras declararse el incendio, intentaron refugiarse en zonas que consideraban más seguras, intentaron llegar a la ciudad, pero los controles de la Policía lo impidieron. Hay mucha desinformación y poca asistencia médica y faltan alimentos y agua. La situación es muy grave y todavía seguimos a la espera», recalca Garmendia.
(Puede haber caducado)