Cuando toque repartir condecoraciones del Gobierno central, a lo mejor habría que incluir a los vecinos del Castillo del Romeral que ayer intentaron poner orden ante la llegada de una patera, para evitar que los inmigrantes irregulares salieran corriendo tierra adentro. Evidentemente no merece premio el que, según se recoge en el enésimo vídeo viral de ese momento, dice que hay que tirarles piedras. Para comportamientos así, aplíquese la ley con todo el rigor. Pero lo que se oye es sobre todo el sentido común de unos vecinos que son conscientes del problema que supone que lleguen unos inmigrantes que tienen todo el derecho a una vida mejor, pero que precisan de dos controles:uno de frontera y otro en materia sanitaria. Pues los protocolos por la covid-19 rigen por igual para todos. Para los que están aquí, para los que llegan y para los que salen.

La secuencia es similar a otras muchas de los días precedentes. Yseguramente de los que están por venir. Porque si en algo ha acertado el delegado del Gobierno es en advertir que estábamos ante un repunte en las llegadas. Lo que todavía no sabemos es por qué no consiguió que el Estado activase todos los recursos precisos. Que son muchos, muchísimos, en comparación sobre todo con la capacidad de respuesta de un territorio que, además, tiene el inconveniente de la insularidad y que, en paralelo, está atendiendo otra urgencia: la sanitaria derivada del repunte de contagios por el coronavirus.

El lunes el delegado del Gobierno rompió su silencio para señalar que Canarias también gana enteros en su promoción en el exterior al demostrar que es solidaria y abre los centros turísticos para acoger a los inmigrantes irregulares. No parece que piensen lo mismo los alcaldes de los municipios turísticos, como tampoco dirigentes cabildicios poco sospechosos de xenofobia, como Blas Acosta compañero de partido de Pestana, para más señas o el propio Antonio Morales. Como tampoco hemos escuchado a presidentes de otros cabildos a los que por ahora no llegan pateras y cayucos ofreciendo sus hoteles para acoger a los inmigrantes . Ysi lo que importa es la mejor imagen promocional, pues ni un minuto más deberían estar decenas de personas bajo carpas en el muelle de Arguineguín.

Ah, y en el capítulo de condecoraciones que no olviden al personal de Salvamento Marítimo, Guardia Civil y Policía Nacional, que están trabajando a destajo y no ha venido ministro alguno a reconocerles su entrega. El primero que iba a hacerlo se ve que estaba muy ocupado