Consumidores y derecho de admisión de los comercios
Diario de Navarra, 17-06-2006Consumidores y derecho de admisión de los comercios
Ver fotos relacionadas
Leo con estupor la noticia del juicio celebrado en Estella contra una familia de comerciantes por negar la entrada a su establecimiento a una familia de etnia … , y decido desempolvar mi turno de réplica a la contestación de Consumidores Irache (DN 17/3/2006) a mi carta del 16 de marzo sobre el derecho de admisión a los comercios, ya que casos como éste, donde yo veo clara injusticia con el comerciante, son los que me impulsaron a protestar contra los reparos de Irache a la ley que regulará este tema, si no lo ha regulado ya. (…)
Un comercio, aunque abierto al público, sigue siendo la casa del comerciante. Lo que no le da derecho a hacer «lo que le plazca» (entendiendo como tal el engaño, la estafa, las prácticas molestas, insalubres, nocivas o peligrosas…), pero a partir de ahí, es decir, de un mínimo sentido de buena fe y de regulación sanitaria y comercial básica, el derecho absoluto, que yo considero de igual importancia que la inviolabilidad de domicilio que consagra la Constitución, lo que no se le puede negar, es el derecho de admisión.
¿Que pueden darse casos de arbitrariedad, dicen? Cualquier lector puede deducir, a poco que viva en el mundo real y no en la Asamblea de las Naciones Unidas, que, sin ánimo de generalizar, en el caso de Estella ha podido ocurrir que la familia irónicamente denunciante, de «etnia»… entraría al supermercado a algo más que a «comprar». Ante la incomodidad de la situación, y la impotencia de tener que aguantar todos los días a tales personajes – como quizás a cualquier otro por su actitud con otros clientes – (…) la familia denunciada, propietaria del establecimiento, habría optado por cortar por lo sano, y atenderles, eso sí, fuera del establecimiento. Exquisito comportamiento que respalda mi tesis sobre el derecho de admisión en los comercios, pero que, no estando regulado y escudándose en cuestiones de «discriminación» aprovecha cualquier abogado sin escrúpulos (o con muchos escrúpulos de otro tipo) para complicar la vida al denunciado.
Espero que este asunto se solucione cuando la Ley Foral de Defensa de los Consumidores y Usuarios, reconociendo el derecho del comerciante a no tener que aguantar en su puesto de trabajo a nadie que le haga la vida más amarga y sí a quien la hace más amable, regule de una vez el derecho de admisión en los comercios, para que no se vuelva a dar el caso de este juicio a mi entender tan injusto.
Daniel de Carlos Zabalza
(Puede haber caducado)