La entidad religiosa alerta de la creación de bolsas de marginalidad en Valencia Dirigentes de Cáritas se mostraron ayer muy contundentes al denunciar la “precaria” red pública de servicios sociales y la habitual falta de programas de reinserción social para personas en situación de marginalidad.


La directora de esta organización, Concepción Guillén, evitó pronunciarse sobre los gastos de las Administraciones valencianas ante la visita del Papa. Sí fue clara al mostrarse en contra de “una Valencia tan preciosa, si es a costa de hacer bolsas de exclusión” o “barrios de chabolas”.


Ante las carencias en la asistencia, Cáritas está impulsando la Fundación Mare de Déu dels Desamparats, en colaboración con la Archicofradía de la Virgen y la confederación de congregaciones religiosas, Confer. El objetivo es, a finales de año, comenzar a aumentar la atención de enfermos mentales y de sida con la creación “de más centros y servicios”, según Vicent Andrés, coordinador del área de Acción Social.


Andrés apuntó que varias parroquias han alertado de la aparición o consolidación de zonas de marginalidad. Son barrios chabolistas o grupos de “infraviviendas” ocupadas por familias en situación de extrema pobreza.


Cáritas ha detectado un “repunte” de personas que piden ayuda para “necesidades básicas como la vivienda y la alimentación”. Las parroquias y la central diocesana atendieron el año pasado a 34.963 personas. La mayoría eran mujeres e inmigrantes.