En medio de la polémica sobre la reducción de medios en la lucha contra el narcotráfico en Galicia, el Gobierno central tomó la decisión de desviar el Petrel , el buque del Servicio de Vigilancia Aduanera, a la interceptación de cayucos con inmigrantes subsaharianos. De hecho, el barco que tiene su base en Vigo, aunque llevaba tiempo en Canarias, ya partió rumbo a Mauritania. Al parecer, la decisión se tomó por las condiciones del buque, con autonomía suficiente para estar varios días en alta mar y con espacio para 32 tripulantes.

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Con el desvío del Petrel a África ya son dos los barcos que pierden los servicios antidroga gallegos en favor de la lucha contra la inmigración ilegal, ya que semanas antes fue enviado a Mauritania un patrullero de la Guardia Civil que tenía su base en Marín. El Río Bravo ya realizó dos operaciones en las que prestó auxilio a más de medio centenar de subsaharianos que pretendían llegar a Canarias, pero su escasa capacidad lo obligaba a regresar a tierra con pocas personas a bordo. Ese problema de espacio se solventa con el Petrel. Con todo, la lucha contra el narcotráfico en alta mar no queda desabastecida, ya que las funciones que hasta ahora venía desempeñando el Petrel las llevará a cabo un nuevo barco del SVA botado hace unos meses y que permanece en la base de Vigo. Se trata del Fulmar, un buque de menor eslora pero con más autonomía.

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El Petrel fue, hasta la fecha, el buque insignia del Servicio de Vigilancia Aduanera, ya que desde él se abortó el desembarco de toneladas de droga que tenían como destino las costas españolas.