El Ayuntamiento de Molina decide cerrar el Topacio, uno de los mayores prostíbulos de la costa mediterránea

A una menor rumana le amputaron todos los dedos de los pies tras ejercer la prostitución en este club

La Verdad, 16-06-2006

El Ayuntamiento de Molina de Segura ha decidido poner el punto y final a uno de los mayores complejos de la prostitución de la costa mediterránea, el club Topacio. Aunque el motivo de su clausura no es tanto por albergar la profesión más antigua del mundo, sino porque además de un resort de la prostitución está relacionado con supuestos delitos de corrupción de menores, falsificación de documentos, inmigración ilegal y tráfico ilegal de personas.

Un informe de la Policía Nacional remitido al Ayuntamiento de Molina ha abierto definitivamente los ojos al alcalde, Eduardo Contreras, que ha convocado para el próximo martes la Comisión de Gobierno con el fin de aprobar la revocación de la licencia al club Topacio y clausurarlo.

La última redada

El local, situado en el tramo de la carretera N – 301 que une Murcia con Molina, está abierto desde 1998, dispone de licencia como hotel y cumple todos los requisitos de este tipo de establecimientos. Pero el informe policial, calificado de «espeluznante» por el alcalde, es una prueba para el Gobierno local de que el Topacio no ejerce la actividad para la que se le concedió la licencia, sino que se trata de un prostíbulo a gran escala generador de presuntas actividades delictivas.

Los avatares del Topacio con las fuerzas de la autoridad son conocidos desde hace tiempo, pero el informe realizado por la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsificación de la Policía Nacional revela las dimensiones de este burdel y algunos detalles escabrosos desconocidos hasta ahora.

La última redada de que fue objeto este club, desarrollada en diciembre del pasado año, acabó con una red de origen rumano que traía ilegalmente a España mujeres de su misma nacionalidad, a las que obligaban a ejercer la prostitución en ese club. Los agentes contaron en el Topacio en el momento de la redada 250 clientes y 117 mujeres que practicaban la prostitución. En esta misma operación policial se detuvo a ocho personas acusadas de falsificación de documentos y a 19 mujeres por encontrarse en situación irregular en España.

El mismo año de su apertura, siete colombianas, tres brasileñas y dos liberianas fueron detenidas en el Topacio por estancia ilegal en España, y en 2002 lo fueron otras 14 mujeres rumanas en sendas operaciones contra la prostitución. Otro atestado de 2004 refiere la comisión de presuntos delitos de corrupción de menores y contra el derecho de los trabajadores.

El caso más grave que se describe en el informe policial es la amputación de todos los dedos de los pies a una menor rumana que había ejercido la prostitución en el Topacio. Al parecer, las menores de edad obligadas a prostituirse eran trasladadas desde Rumanía con documentación en la que se falsificaba la fecha de nacimiento para ocultar su verdadera edad. En la redada de 2005, la policía halló en este club diez menores rumanas.

La firma alicantina propietaria del Topacio tildó de «falsas» las acusaciones que relacionan este local con presuntas actividades delictivas. Fuentes de la empresa informaron a Efe de que la empresa «es la principal interesada en la persecución, detención y puesta a disposición judicial de quienes intenten cometer cualquier hecho delictivo». Agregaron que en diversas ocasiones han formulado denuncias a la Policía de «cualquier posible hecho que pudiera ser susceptible de investigación», y que cada día remiten a la Policía «la totalidad de altas y bajas de huéspedes que se alojan en sus instalaciones».

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