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Pasión en la marisquería
El Periodico, 16-06-2006La selección de Ecuador hizo ayer historia y, por eso, la marisquería Sabor Manabita acabó convertida en una cápsula de euforia, un polvorín apasionado que estallaba en gritos y vítores cada vez que el equipo nacional marcaba un gol. “Ni Brasil la toca así de bien”, clamó uno de los casi medio centenar de ecuatorianos que se reunieron para ver el partido en este restaurante.
Aunque no ha cumplido ni un año, Sabor Manabita, ubicada en el Paseo de Maragall, se ha convertido ya en punto de encuentro de decenas de ecuatorianos que, en compañía de compatriotas y paladeando platos típicos, intentan amortiguar la añoranza de su tierra.
Así que ayer, cuando sus jugadores tenían una cita con la historia, la parroquia no faltó a la cita. Hombres y mujeres ataviados con la tricolor, pues es así como llaman a su camiseta, y portando la bandera nacional jalearon a su selección con tanta pasión como si estuvieran en un bar de Quito o Guayaquil. Los gritos de “¡Ecuador, Ecuador, Ecuador!” apenas daban tregua y solo se interrumpían cuando tocaba pedir “otro gol, otro gol, otro gol” o había que ponerse a hacer la ola.
Marjorie Ferrin, la propietaria del restaurante, confiesa que no le gusta el fútbol. No obstante, asegura que con su selección es “distinto”. “Estoy emocionada, casi siento que levito, es maravilloso ver que el país de uno tiene éxito”, cuenta.
Un hecho histórico
Marjorie intenta definir lo que para sus clientes significa ver el partido juntos. “Al estar tan lejos de Ecuador, ver el partido con compatriotas te hace sentir como en casa”, dice.
“Lo de hoy es increíble; es un hecho histórico para nuestro país”, comenta José Cianca, un ecuatoriano que trabaja como chófer. “En Ecuador seguro que se está viviendo una fiesta”, dice.
José asegura que el Gobierno ecuatoriano ha emitido un decreto para que, los dias de partido, se empiece antes la jornada laboral y así la población pueda ver los encuentros. “Dios mío, cómo me gustaría estar allí”, confiesa. Pero como no puede ser, José se conforma con el Sabor Manabita. “Aquí nos conocemos todos, así que este bar es como un rincón de Ecuador”.
Pese a la euforia por la clasificación, reconocen que el buen juego de Ecuador les “ha sorprendido”.
José reconoce que, antes del Mundial, “era bastante pesimista”. “Ahora me tengo que tragar todo lo que dije, pero no me importa porque esto es maravilloso”.
“Yo tampoco pensaba que el equipo iba a hacerlo tan bien”, reconoce Luis Chalá, otro ecuatoriano, que explica que sus jugadores favoritos son “Carlos Tenorio y el arquero Mora”.
“Ecuador siempre ha jugado bien, lo que pasa es que nunca ganábamos y ahora, por primera vez, sí lo hacemos”, dice Rolando Alvarado, que trabaja de portero en un edificio de oficinas.
Todos aseguran que si el partido hubiera sido por la noche, el bar estaría dos o tres veces más lleno, pues son muchos los ecuatorianos que viven en España que no han podido ver el encuentro por coincidir con su horario de trabajo. Luis Vaca, que trabaja en el aeropuerto, ha tenido suerte. “Yo trabajo por turnos y a esta hora libraba”, comenta, aunque reconoce: “Si me hubiera tocado trabajar, me habría cambiado el turno”.
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