Flores blancas y un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas del 17-A
Los gritos de un grupo de familiares reclamando conocer la relación entre el imán de Ripoll y el CNI se colaron en el sencillo homenaje de Las Ramblas
Diario Sur, , 18-08-2020Desde aquel jueves nada ha vuelto a ser igual en Las Ramblas. La furgoneta conducida por Younes Abouyaaqoub sembró de terror y muerte la arteria barcelonesa hace ahora tres años. Horas después, los terroristas volvieron a golpear Cambrils. Dieciséis muertos y más de 140 heridos fue el triste balance de un 17 de agosto que ya forma parte de la lista negra del horror.
Imposible olvidar y un día para recordar a los que se fueron o quienes recibieron el golpe del odio. Fue un homenaje condicionado por el coronavirus, emotivo, en el que compartieron protagonismo las notas de un violonchelo, el silencio, los claveles blancos y los gritos desesperados de algunos familiares y amigos que siguen teniendo más dudas que certezas sobre la relación que mantenía el imán de Ripoll, cerebro de los atentados, con el CNI, unas sospechas alimentadas por unos supuestos contactos de Abdelbaki es Satty con agentes policiales cuando estuvo en prisión en Castellón, por tráfico de drogas, entre 2012 y 2014.
La causa judicial por los atentados del 17 – A está solo pendiente de conocer la fecha del inicio del juicio en la Audiencia Nacional. Estaba previsto que comenzara en mayo o junio, pero el confinamiento trastocó el calendario. Los tres únicos supervivientes de la célula terrorista, Mohamed Houli Chemlal, que salió vivo de la explosión de Alcanar donde manejaban los explosivos con lo que pensaban causar una masacre aún mayor; Driss Oukabir, que fue quien alquiló la furgoneta que irrumpió en Las Ramblas, y Said Ben Iazza, acusado de facilitar la furgoneta en la que transportal material para los artefactos, se enfrentan a penas de hasta 14 años de cárcel y aguardan a juicio en las cárceles de Morón, Picassent y Albocàsser.
Quim Torra, presidente de la Generalitat; la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau; Meritxell Batet, presidenta del Congreso de los Diputados, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, encabezaron la representación institucional en el acto de recuerdo a las víctimas de los atentados. Ninguno de ellos realizó declaraciones. No estaba previsto. Se pretendía así preservar el acto de injerencias políticas, como sucedió, por ejemplo, el primer aniversario o el homenaje presidido por los Reyes días después de la tragedia.
Vox fue la única fuerza política que rompió este lunes la unidad y citó a los medios para denunciar, a través de Ignacio Garriga, «la complicidad» de la administración con los atentados al permitir, dijo, que «el islamismo radical se haya instalado en Barcelona por la invasión de la inmigración».
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