El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, protagonizó anoche el debate sobre inmigración del Consejo Europeo. Muchos son ya los que, en Bruselas, consideran al jefe del Ejecutivo español como el líder más volcado en conseguir que la acción de la Unión frente a este problema se convierta en una verdadera política comunitaria. Zapatero abrió el debate el pasado mes de octubre en el Consejo informal de Hampton Court, coincidiendo con las avalanchas de inmigrantes ilegales en Ceuta y Melilla, lo mantuvo en la agenda en la Cumbre Europea de diciembre y ayer insistió de nuevo en la necesidad urgente de que la UE adopte un mayor compromiso ante el fenómeno migratorio.

El presidente reclamó en este sentido más solidaridad financiera para impulsar el desarrollo de los países africanos, más acuerdos de readmisión de ‘ilegales’ entre la UE y los países terceros (en la actualidad sólo existen tres) y una apuesta más decidida en favor de la integración social de los inmigrantes legales.

Zapatero y los miembros de la delegación española están decididos a provocar un cambio en la percepción que tienen muchos países europeos del problema. Por eso apuestan por enterrar la expresión ‘efecto llamada’ y en su lugar instaurar la de ‘efecto huida’ que, en su opinión, explica mejor las raíces profundas del fenómeno migratorio.

El secretario de Estado para la UE, Alberto Navarro, aseguró ayer que Zapatero tiene la voluntad de que esta cuestión «se mantenga viva en la agenda europea». El documento de conclusiones que aprobará hoy el Consejo Europeo satisface a España, responsable en buena medida de su redacción.