Son enfermedades universales, no tropicales, y se contagian durante su estancia en Málaga. La situación de hacinamiento y precariedad en la que viven muchos inmigrantes irregulares en la provincia propicia la aparición de problemas de salud que en la población general no suceden. Así lo denunció ayer la ONG Médicos del Mundo, que cuenta con programas específicos de atención a este colectivo y que ha realizado un estudio sobre las necesidades de la población a la que ayudan.

El coordinador de extranjeros, Gabriel Ruiz, señaló que los problemas de insalubridad y las deficiencias higiénico sanitarias de las viviendas en las que habitan (por los altos precios y las dificultades de acceso a otras de mejor calidad) se une a la propia aglomeración y propician el contagio de dolencias tales como la sarna o la tuberculosis. «Son enfermedades universales, que se encuentran también en las barriadas marginales de Málaga», explicó, al objeto de desmitificar la creencia de que los trabajadores foráneos permiten la llegada de nuevas enfermedades. «Son las de siempre, pero agravadas por las condiciones de vida», agregó. Más del 40% de los servicios responden a esta causa.

La ONG estima que unas 30.000 personas se encuentran en esta situación en Málaga. Además, dicen que estas personas están aquejadas de otros problemas de salud, sobre todo psicológicos, «derivados del estrés, el desarraigo, la incertidumbre y el miedo continuo a una posible expulsión». Ello supone el 17% de las atenciones prestadas.

Ruiz puso de relieve que la ONG también atiende lesiones laborales, a causa de la precariedad del trabajo al que estas personas tienen acceso, sobre todo en la construcción, y denunció las dificultades de acceso al sistema sanitario, motivadas por el desconocimiento del idioma y los horarios a que están sometidos.

Médicos del Mundo ha realizado asimismo un estudio de la evolución de los últimos diez años en otros aspectos que trata, como son los usuarios de drogas y la prostitución. Respecto al primer punto, Jesús González, responsable de la asociación en Málaga, indicó que el consumo mayoritario ha cambiado de la heroína inyectada a la cocaína y los estupefacientes de síntesis, al tiempo que ha disminuido la percepción de riesgo y la edad de inicio.

El informe también ha constatado una mayor facilidad de acceso a estas sustancias. En este sentido, recordó que España es el primer consumidor de cocaína de Europa. Aunque los adictos son mayoritariamente hombres, González aseguró que en los últimos cuatro años se ha duplicado el número de mujeres toxicómanas atendidas, y ya suponen el 16% de los usuarios por esta causa.