Liberados dos menores marroquíes tras pasar 20 días secuestrados por compatriotas en Almería

Detenidos seis sospechosos mientras los padres les pagaban un rescate

La Verdad, 15-06-2006

Los dos menores marroquíes retenidos en una vivienda del Poniente almeriense durante 20 días fueron liberados en torno a la una de la madrugada por sus secuestradores. La presión policial, que hacía inminente la localización del lugar del cautiverio, llevó a los delincuentes, ciudadanos también de Marruecos, a dejar en libertad a los dos hermanos.

Los chicos, de 13 y 17 años, deambularon por diversos puntos de la localidad de La Mojonera. Ayer, sobre las 8.00 horas, fueron localizados en una zona de invernaderos en el paraje Cortijos de Marín, entre las localidades de Vícar y Roquetas de Mar. Según explicó el comisario jefe de Almería, Juan Jesús Peñalver, un nigeriano encontró a los adolescentes completamente desorientados a las 6.45 de la mañana y les prestó un teléfono móvil, desde el que localizaron a un familiar, que ya estaba en contacto con la Policía.

Según contaron a los agentes «no se les trató muy bien» durante su cautiverio.

La Policía tuvo conocimiento de los hechos el pasado 9 de junio, cuando el tío de los dos menores, que reside en Toledo, se trasladó hasta la Comisaría de El Ejido para denunciar el secuestro de sus sobrinos por parte de una organización dedicada presuntamente al tráfico de inmigrantes, que reclamó a los padres de los niños el pago de un rescate de 3.000 euros por la liberación. Los menores habrían llegado a las costas de Almería en una patera.

A partir de ese momento, los agentes de la Comisaría de El Ejido y as policías locales de Vícar, La Mojonera y Roquetas de Mar iniciaron una laboriosa investigación para resolver el caso. Tras cinco encuentros entre los familiares y los secuestradores, ayer, antes de que se efectuara el intercambio de dinero, rebajado finalmente a 500 euros, los agentes detuvieron en el interior de una cafetería a dos personas y a otras cuatro en las inmediaciones, que ofrecieron una fuerte resistencia, hasta el punto de romperle un dedo a uno de los agentes.

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