Comienza el juicio contra el ultraderechista que perpetró el ataque de Halle

El alemán asesinó a dos personas pero fracasó al tratar de irrumpir en una sinagoga para cometer una masacre

Canarias 7, MARÍA MOLINOS Berlín, 22-07-2020

Alemania juzga desde este martes al ultraderechista alemán que perpetró el pasado octubre el ataque de Halle, con dos muertos en un tiroteo y un intento frustrado de cometer una masacre en una sinagoga llena por la festividad del Yom Kipur. Ante la juez, el acusado no ha dudado en cargar contra los judíos y los extranjeros, a los que acusa de estar conquistando su país.

Esposado de pies y manos y entre cuatro agentes, llegó Stephan Balliet, de 28 años, a la Audiencia de Naumburg. Desafiante, tanto en su aspecto como en su declaración, pese a que se enfrenta a cadena perpetua por dos cargos por homicidio, 68 por intento de homicidio y un presunto delito de odio. No dudó en dar cuenta de de su pensamiento ultraderechista, como ya había apuntado en su manifiesto de 68 páginas, que colgó en internet poco antes del ataque. En la sala criticó a los judíos, a los que acusó de dirigir hacia Alemania a los refugiados y cargó con insultos contra «musulmanes y negros» por «comportarse como los conquistadores que son». Ahí le interrumpió la jueza, amenazándole con expulsarle de la sala.

Reconoció que disparó sobre su primera víctima mortal, una mujer de 40 años que caminaba cerca de la sinagoga, porque le pareció «judía» y que tiroteó al segundo, un pintor de Halle de 20 años que pedía comida para llevar en un restaurante turco, porque le pareció «de oriente medio». Explicó también por qué llevaba una cámara integrada en el casco, desde la que retransmitió en directo el ataque, imitando al ultraderechista de los ataques de Christchurch (Nueva Zelanda): «Uno mismo puede llegar a pocos, incluso aunque trabaje de forma eficiente. Pero se puede llegar a aquellos que quieren luchar». No obstante, lamentó haberse convertido en «objeto global de burla» cuando no consiguió abrir la puerta de la sinagoga, pese a que le descerrajó 20 balazos, y cuando luego se le encasquilló el arma en pleno tiroteo por la calle.

La Fiscalía General argumentó que el acusado actuó movido por su fanatismo «antisemita, racista y xenófobo» y que pretendía «socavar el orden democrático» del país. En el ataque pretendía causar el mayor número de víctimas posible y con la retransmisión en directo buscaba una «dimensión global».

Según la fiscalía, el ataque comenzó a mediodía, cuando Balliet llegó a la sinagoga de Halle en coche, con un traje paramilitar y fuertemente armado, con varias pistolas incluida una de fabricación casera y explosivos. En el interior se encontraban 52 personas celebrando la principal festividad judía.

El ultraderechista trató de irrumpir en el templo a tiros, pero no logró echar abajo la puerta, que la comunidad siempre cierra desde el interior por motivos de seguridad. Y en esa ocasión le salvó la vida. Frustrado, Balliet lanzó sus explosivos al patio interior de la sinagoga, sin causar heridos. En su huida, disparando de forma arbitraria a los viandantes con los que se topaba, dejó más heridos. Entre ellos un agente de policía. El ultraderechista no pudo ser detenido hasta tres horas después.

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