España ha repatriado a 31.108 inmigrantes clandestinos durante los cinco primeros meses de este año, anunció ayer la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ante la comisión de libertades públicas, justicia e interior del Parlamento Europeo en Estrasburgo. El número de expulsiones global de los dos últimos años ascendió a 212.734, precisó Fernández de la Vega. Durante los cuatro primeros meses del año también se han desarticulado 172 redes de tráfico de seres humanos, con la detención de 727 personas, añadió la vicepresidenta para mostrar los esfuerzos del Gobierno en el control de la inmigración ilegal.
Fernández de la Vega acudió a la Eurocámara para pedir su apoyo para desarrollar una política europea de inmigranción, con suficientes medios financieros y que incluya una política efectiva de desarrollo en África. La actual avalancha migratoria es una huida de la pobreza inmensa existente en esos países y “la UE no puede presentarse ante África pidiendo sólo readmisiones”, destacó la vicepresidenta.
La ofensiva diplomática de Fernández de la Vega obtuvo una acogida muy tibia en la Eurocámara. Los eurodiputados del grupo popular atribuyeron la actual crisis migratoria que sufre España al efecto llamada por el proceso de regularización efectuado el año pasado, mientras el grupo liberal recomendó a España efectuar su presión en el Consejo de Ministros de la UE, que es la institución que dispone de mayores competencias en la materia. La vicepresidenta sólo obtuvo un respaldo claro del grupo socialista.
No obstante, todos los grupos parlamentarios coincidieron en alabar los centros de acogida de Ceuta, Melilla y Canarias y el trato dispensado por las autoridades a los inmigrantes sin papeles.