El perfil de los marginados sociales ha variado sensiblemente en los últimos años. Inmigrantes, prostitutas y toxicómanos son los principales beneficiarios de Médicos del Mundo, cuyo último informe advierte importantes transformaciones en estos colectivos víctimas de la exclusión. La globalización y las políticas autonómicas de servicios sociales y sanidad pueden explicar estos cambios.

Desde 1995, esta entidad ha prestado asistencia sanitaria a una media anual de 6.500 personas vinculadas al comercio sexual, 7.730 usuarios de drogas y 7.836 extranjeros en situación irregular.

El número de atenciones a inmigrantes se ha reducido por la reforma legislativa de 2000, que permite el acceso de los empadronados al servicio público. Sin embargo, hay muchos individuos indocumentados y siguen llegando constantemente nuevas remesas que demandan asistencia. «No existe la misma facilidad para adquirir la tarjeta sanitaria en todas las comunidades», alega Ramón Esteso, coordinador de los programas de exclusión social de la ONG.

El miedo a la autoridad y el desconocimiento, el hacinamiento y la mala alimentación también los empujan hacia las organizaciones de acogida. A juicio del especialista, no se trata de pacientes con males propios de los lugares de origen, «porque llegan los más fuertes, los más preparados, a menudo tras recorrer una larga distancia, y enferman aquí». En los primeros años, las afecciones traumatológicas, respiratorias, digestivas y psiquiátricas eran las más comunes; ahora prevalecen las infecciosas y parasitarias, según estudios realizados en el País Vascos.

Prostitución foránea

La prostitución ha experimentado un cambio radical. A mediados de los 90, la gran mayoría de las profesionales maduras o jóvenes que recurrían a este trabajo para pagar su adicción a las drogas eran españolas o portuguesas. «Ahora casi no existen. La prostitución actual es foránea, incluidos hombres y transexuales, generalmente, muy jóvenes y en situación irregular», asegura Esteso.

Aunque el contingente más abundante proviene del África Subsahariana, existen importantes colectivos de Europa del Este, especialmente en Cataluña, y también de Latinoamérica. Médicos del Mundo colabora con aquéllas que buscan clientes en la calle y las que atienden en clubes. «Tienen mucha movilidad. Hoy están en Sevilla, dentro de tres meses en Madrid y luego, en La Coruña. Las redes de trata las desplazan como si fueran mercancía». Las estadísticas no demuestran mayor incidencia de enfermedades de transmitisión sexual en ellas que en el resto de la población.

Irrupción de la cocaína

El cambio en las toxicomanías también ha sido radical. «En los años 90 abundaban los heroinómanos en el Norte y los fumadores en el sur». La irrupción de la cocaína ha sido tan fuerte que hoy día los índices de consumo tan sólo resultan superados por EE UU, y las drogas de diseño también abundan. «Hay percepción de no riesgo. Se asocian con el ocio del fin de semana. Se ha borrado la memoria histórica de los 80, que fue tan dura al respecto».

Aunque la edad media de los drogadictos ha aumentado, también se producen nuevos casos, e incluso se teme un repunte de la heroína. «En la sala de consumo supervisado que mantenemos en Bilbao hemos abierto 1.140 historias y estimábamos que en la ciudad se contaría con 600 usuarios. Estamos hablando de casi el doble».

También han puesto en marcha un servicio para los consumidores con carácter transfronterizo. Situado en el País Vasco, entre Francia y España, informa sobre los daños y composición del producto en lugares de diversión. «Hemos atendido a unos 5.000 solicitantes, un número elevado. No sabemos cómo evolucionará este fenómeno, pero estamos seguros e que asistiremos a problemáticas asociadas, ya que no se está atajando el problema desde las Administraciones mediante la implantación de estrategias adecuadas».