Sucesos. La mujer a la que robaron a su recién nacido y a la que obligaron a prostituirse para recuperarlo, vuelve a reunirse con su hijo de cuatro años
Joy se reencuentra con su hijo
El Mundo, 14-06-2006Joy, nigeriana de 24 años, vivió ayer el día más emocionante de su vida. Le delataban la sonrisa de su boca y sus ojos humedecidos por lágrimas de felicidad. Acababa de reencontrarse con su hijo de casi cuatro años en un centro de menores de la Comunidad de Madrid. Había achuchado sin parar a su niño al que una pareja de mafiosos secuestró de su cuna nada más nacer en el hospital de Móstoles. Para devolverle al pequeño la obligaron a ejercer la prostitución y reunir los 45.000 euros de deuda que la mujer contrajo por viajar entre Nigeria y España. También la amenazaron con matar a su madre y a un hermano. Y la arrancaron varios pelos y una uña para practicar el vudú contra ella.
La madre se vio empujada a trabajar como meretriz en clubs de alterne y en la Casa de Campo. Fue abonando el dinero en una cuenta. En un prostíbulo de Granada conoció a su actual pareja Antonio, de 34 años, con el que su vida dio un radiante giro. Abandonó el negocio del sexo y denuncio a los secuestradores de su bebé en una comisaría de Lérida.
El pasado martes día 8 de junio la Brigada de Extranjería de Madrid liberó a su niño que estaba retenido en un piso de Móstoles. También detuvo a la pareja que se lo quitó. Ayer, Joy y su compañero llegaron por la mañana a Madrid buscando lo que le robaron en el mes de agosto de 2002. Un coche patrulla de la Policía les recogió y le trasladó al centro de Protección de Menores.
La mujer abrazó por fin a su hijo. «Ha sido el instante más feliz de mi vida», contó ayer la mujer. «Durante bastante tiempo le he cogido entre mis manos y le he dado muchos besos», prosiguió. «Al principio le he visto muy asustadillo con el primer abrazo pero luego ha reaccionado muy bien. Ha jugado con los juguetes que le hemos llevado y le he visto muy contento con nosotros. Además está precioso y muy bien de salud y habla inglés y español».
Otro momento conmovedor fue cuando Joy le dijo que era su madre. «Lo ha entendido muy bien y ya me ha llamado mamá». Además, la mujer, que ya tiene un hijo de siete meses con su actual pareja, le vio el parecido enseguida con su otro hijo. «Tiene los mismos rasgos que su hermano y un aire parecido en los ojos», explicó.
Lo peor del día fue el momento en que se separó de su hijo. «Ha costado mucho que la madre se fuera, pero ya tendrá tiempo de estar con él», indicó una portavoz de la oficina del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid.
Hoy mismo se practicará la prueba de maternidad a su progenitora. Superado ese trámite los padres volverán a pasar cada día más horas con su niño. Ese período de adaptación progresiva del niño culminará con la entrega del pequeño a sus padres.
La mujer no quiere rememorar el pasado. Sólo recuerda que acababa de llegar a España embarazada de siete meses tras un tortuoso viaje por Africa que culminó con un trayecto en patera hasta Tarifa. Cuando llegó a Móstoles le dieron una pastilla abortiva que provocó el efecto contrario. El niño nació con poco peso y pasó varios días en la incubadora. Cuando llegó a casa de los malhechores con el bebé comenzó su infierno. «Lo pasé muy mal. No sabía hablar español y estaba muy sola. No quiero recordarlo», dice. Se plantea el futuro junto a sus dos hijos. Además no tiene miedo de sufrir represalias de la banda que secuestró a su hijo. «No tengo pánico a esa gente. El único miedo que tenía era el no estar al lado de mi niño. Voy a criarlo como si hubiese nacido ahora mismo, como si partiésemos de cero», puntualizó.
Antonio, el compañero sentimental de Joy trabaja como albañil en Granada. Ayer quiso agradecer a la Brigada de Extranjería y a su comisario el trabajo realizado para recuperar a su hijo. «Me dieron un plazo para devolvermélo y lo han cumplido». «Los Mossos d’Esquadra tardaron un año en pasar el caso a Madrid» a pesar de disponer de «muchos datos y documentación para haber encontrado al niño rapidísimo», manifestó.
Antonio espera que el peso de la ley caiga sobre los secuestradores del bebé. «Deseo que cumplan al máximo sus penas para ver si así esto no pasa más», sentenció.
La mujer nigeriana es consciente de que como ella hay muchas mujeres atrapadas en redes mafiosas que trafican con inmigrantes. Su deseo es que otra muchas historias dramáticas de mujeres africanas tengan este mismo final feliz.
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