La pobreza tiene cada vez el rostro más joven y, lejos de acotarse, se está convirtiendo en un problema crónico que afecta, principalmente, a los inmigrantes. Así lo explicó ayer el director de Cáritas de Barcelona, Jordi Roglà, al hacer balance de las personas atendidas por la entidad en el 2005. Fueron 22.463, de las cuales la mitad eran menores de 29 años; un 57%, mujeres ,y el 76%, inmigrantes.
Estos datos reafirman “el rejuvenecimiento y la feminización de la pobreza” de los que se habla desde principio de este siglo y que se está convirtiendo en una constante, recordó Roglà, quien apuntó como el problema más grave el acceso a la vivienda, al que Cáritas destinó el 52% de sus ayudas (unos 500.000 euros).
Según las cifras obtenidas, más de la mitad de los beneficiarios de esta oenegé vivían en pisos compartidos, sobreocupados, y en habitaciones realquiladas. De estos, el 90% eran extranjeros, y el 26,78%, madres solas con hijos a su cargo que carecían de algún apoyo familiar. Precisamente los inmigrantes son el colectivo más vulnerable: son el 76% del conjunto de personas que acudieron a las diócesis de Barcelona, de Sant Feliu de Llobregat y de Terrassa.
“Desde el 2000 hasta el 2005 hemos atendido a un 23,5% más de extranjeros, y en el último año más de la mitad no tenían una situación legal resuelta”, señaló la responsable del área social de la entidad, Carolina Roig, quien advirtió de un aumento de pobres: “La tendencia de beneficiarios se incrementaba en 500 personas cada año, pero en el 2005 atendimos a unos 1.500 más que en el 2004”.

300 EUROS AL MES
Lo más preocupante, advirtió, es que cada vez hay más niños y jóvenes que viven en precariedad. “Son colectivos en alza que son una señal de alarma, porque la pobreza cada vez es más joven y estable”, añadió. En concreto, el 26% de los atendidos eran menores, y el 23% tenía de 18 a 29 años.
En la capital catalana se calcula que unas 300.000 personas son pobres o malviven con poco más de 300 euros al mes. A diferencia de hace unos años, los responsables de la entidad explicaron que el problema ya no se puede solventar solo con ayudas económicas, ya que la pobreza, si no se resuelve a tiempo, provoca daños psicológicos.

MUJERES CON DAÑOS PSICOLÓGICOS
Según Roig, la situación administrativa irregular, las condiciones de trabajo precarias, el empleo sumergido o los bajos sueldos, entre otros factores, impiden “el desarrollo de una vida sana” y provocan un aumento de problemas. Los servicios psicológicos de Cáritas recibieron a 245 personas el pasado año, el 73% de las cuales eran mujeres, y más de la mitad de ellas (57%) de entre 25 y 45 años.