'Caja de resistencia' para las cuidadoras

Ayuda solidaria. La crisis sanitaria ha llevado a una situación crítica a unas 40 trabajadoras del hogar «sin papeles y sin recursos»

Diario Vasco, JUANMA GOÑI, 14-06-2020

El coronavirus nos ha dejado en una situación dramática. Estamos comiendo gracias a Cáritas y al Banco de Alimentos, pero nos hemos quedado sin las pocas fuentes de ingresos que teníamos». El relato de Luisa (nombre figurado), es similar al de muchas de sus compañeras sudamericanas. «Yo no tengo papeles, trabajo por horas, vine de Honduras; hasta ahora, más o menos podía salir adelante, pero ahora…», comenta en un discurso entrecortado por la emoción.

Luisa consiguió, por fin, el empadronamiento en Tolosa el año pasado. Tiene que pagar el alquiler en una habitación del casco histórico. La persona anciana a la que cuidaba algunas horas por semana ha fallecido debido a la pandemia. «Muchas de nosotras nos encontramos en una encrucijada. Entre los fallecimientos que se han producido y las mayores exigencias que nos solicitan, nos está costando salir adelante».

Esta mujer hondureña pide a las instituciones que reflexionen sobre la importancia que ejerce el sector de las empleadas de hogar en la comarca. «Contribuimos a mejorar la economía de la sociedad. Pedimos que agilicen el proceso de regularización de nuestra situación. Nos piden papeles, pero si no trabajamos, no los podemos conseguir».

Ante esta situación, el grupo de Mujeres Trabajadoras de Hogar y Cuidados de SOS Racismo, y el Movimiento Feminista de Tolosaldea, junto con la colaboración de varias asociaciones, han puesto en marcha una campaña desde dicen, «la solidaridad feminista». El objetivo es crear una ‘caja de resistencia’, destinada a apoyar a las trabajadoras de hogar que, a partir de la situación de emergencia y confinamiento, han quedado «en una situación de precariedad total», según expresan desde Sos Racismo.

Huchas en comercios
El dinero recaudado será destinado a apoyar los gastos urgentes de alquiler, manutención, etc. «Para que las compañeras que se encuentran en una situación de riesgo puedan hacer frente a sus necesidades vitales más básicas», comenta Lucía Arias, una de las coordinadoras de esta campaña.

Desde Sos Racismo comentan que, a pesar de que algunas instituciones han sido conscientes de la realidad que están sufriendo las mujeres que se encuentran en una situación administrativa irregular, o que trabajaban en la economía sumergida, en muchas ocasiones «los protocolos impiden que se pueda acceder a prestaciones sociales o la contestación llega tarde», por lo que estas personas se quedan «en la más absoluta vulnerabilidad».

Se han colocado ya huchas en los diferentes comercios de Tolosaldea para obtener dinero y apoyar a estas mujeres. En el caso de Tolosa, están en Marcel; Erre Berri (San Francisco); Ogi Berri (San Francisco); Ross liburudenda; Parafarmazia (San Francisco); Frutería San Francisco; Hiru Taberna; Zabala kafeak; La Vasconia; La Huerta frutadenda; Xirimiri taberna; Tintorería Dizdira; Locutorio Samaniego; Locutorio Mini Market Latino; Super Eko; Soronea, y Elena Varela ileapaindegi

Sos Racismo ha entrevistado a 250 trabajadoras del hogar, llegando a identificar cuarenta casos de mujeres en situaciones críticas. Una de ellas es la nicaragüense Marisa (nombre figurado), quien nos confiesa abiertamente que «está pasando hambre», y que si no llega a ser por el Banco de Alimentos, no sabe si podría siquiera sobrevivir. «Estoy en una situación irregular; a veces limpio una casa por horas, en otras me llaman para cuidar alguna noche a un anciano… pero la situación ha cambiado totalmente con la epidemia. Ahora mismo no tengo ‘nada de nada’».

También se están recaudando fondos a través de crowdfunding desde la plataforma Gofundme.com, con el nombre ‘tolosaldeaerresistentziakutxa’ y hay una cuenta abierta en Kutxa: 2095 5013 70 9114122235

«Nuestras compañeras lanzan un grito de ayuda para sortear esta época de incertidumbre y debido a la urgencia, apelamos a la solidaridad de todas», concluyen desde Sos Racismo.

Esta difícil situación del colectivo de mujeres trabajadoras del hogar aflora ahora oportunamente, cuando se acaban conocer las conclusiones de informe que demuestra que el dinero dedicado por las administraciones públicas vascas a la población inmigrante (714.912.000) es notablemente inferior a lo que estos ciudadanos revierten a la economía vasca (1.525.292.820 euros).

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