«Con los euros que envío todos los meses comen más de 20 personas»

«Es imposible que ahorre nada, todo se lo mando a mi familia»

La Razón, 12-06-2006

Madrid. - Lisandro Mesa, colombiano de 47 años, anda estos días como loco
para arreglar los papeles de su primer hijo, Camilo, nacido hace algo más
de un mes. La burocracia, ya se sabe, es implacable, aunque por lo menos
no le falta tiempo. Acaba de empezar sus vacaciones y hasta dentro de
cuatro semanas no tendrá que reincorporarse a su trabajo como «técnico
reacondicionador de vehículos» – limpieza de coches – en un centro comercial
de Alcalá de Henares. Una labor que nada tiene que ver con la de empleado
municipal del Ayuntamiento de Montenegro (Colombia), su ocupación durante
16 largos años. Ganaba unos 170 euros al mes, por encima de la media del
país, pero todo acabó tras un roce con la autoridad. «Tuve un problema con
el alcalde y lo dejé. Me fui a otra ciudad, Armenia, a pedir trabajo como
vigilante de seguridad. Aunque ya tenía 42 años mentí y dije que cumplía
40… ¡y aun así me consideraron demasiado viejo para darme la plaza!»,
recuerda aún indignado.
   Lisandro no encajó bien su prematura
«jubilación» y decidió tomar cartas en el asunto. En septiembre de 2001
hipotecó su casa, y con los 3.300 euros que le dio el banco se compró un
pasaje para realizar un tour de siete días por distintas ciudades de
España. No eligió el destino al azar: tras una mala experiencia años atrás
en Panamá – «un país más pobre que Colombia», afirma – buscó algunos libros
sobre nuestro país, y el idioma común hizo el resto.
   Tras
una semana de buenos hoteles y excursiones turísticas, el viaje de placer
terminó en Madrid, y allí se quedó dispuesto a buscarse la vida. Lisandro
todavía tiene muy frescas en su memoria las visicitudes de los primeros
días, el peregrinar por los locutorios buscando trabajo y habitación en un
piso, la cara del supuesto «amigo» que le cobró 30.000 pesetas por un
permiso de trabajo falso y la de ese jefe que, al descubrir que sus
papeles tenían el mismo valor que una moneda de tres euros, «se portó muy
bien conmigo y en menos de cuatro meses hizo todas las gestiones para
arreglarme la residencia legal». Todo lo dio por bien empleado cuando por
fin consiguió un trabajo estable que le permitió sacar a su mujer de
Colombia y levantar la hipoteca de su casa, «donde volveré cuando ya no
pueda trabajar más».
   La pareja se estableció en Torrejón
de Ardoz, pero la madre de Lisandro sigue en la casa familiar de
Montenegro… y desde luego no está sola. «Recoge a hijos de otros y cuida
a familiares que no trabajan. Eso en Colombia es muy frecuente, pero es
que su casa parece un restaurante», describe Lisandro para explicar el
destino de los 400 euros que envía cada mes a Colombia, una cantidad que
supone casi un tercio de su sueldo mensual. «Con ese dinero viven mi madre
y 20 personas más, dependen completamente de él porque aseguran que no
encuentran trabajo». Y es que esa cifra, traducida a pesos colombianos,
puede animar a muchos parientes a prolongar indefinidamente su situación
de paro. «Son aproximadamente 1,2 millones de pesos, y por ejemplo una
casa puede costar 15 millones. Calculo que desde que estoy en España he
enviado casi 60 millones de pesos. ¿Cómo voy a ahorrar aquí?», se lamenta
Lisandro, que está pensando seriamenteen reducir el flujo de capital hacia
Colombia «porque ahora, con el bebé, tengo muchos gastos».
   

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