Partiendo de las estadísticas nacionales oficiales y de las estimaciones del Eurostat, el número total de inmigrantes extranjeros en la Unión Europea se elevaba en 2004 a 25 millones. Esta cifra representa menos del 5,5% de la población total de la UE. En términos absolutos, Alemania, Francia, España, Reino Unido e Italia registran las tasas más elevadas de ciudadanos extranjeros.

Según un reciente informe de la ONU sobre migraciones internacionales, Europa acoge al 34% de la migración internacional, frente al 28% de Asia y al 23% de Norteamérica.

Pero los porcentajes de población inmigrada varían entre los miembros de la Unión entre el 1% de Eslovaquia al 39% de Luxemburgo, para el periodo 2000 – 2004. En la mayoría de los países la cifra media está comprendida entre el 2% y el 8% de población inmigrada. Generalmente, los extranjeros inmigrados a países de la UE pertenecen a estados fuera de la Europa de los Veinticinco.

En el periodo que abarca entre 1990 y 2004, en la mayoría de los países europeos el porcentaje de residentes extranjeros se ha mantenido estable o ha aumentado. El único país que ha registrado una disminución ha sido Letonia. El aumento más significativo de afluencia de inmigrantes se ha registrado en Luxemburgo, España, Chipre, Grecia, Irlanda y Austria. Los programas de regularización han tenido consecuencias notables sobre la dimensión de las poblaciones no nacionales en Grecia, Italia, Portugal y España, tal y como señala un informe del Eurostat.

Factores como la proximidad geográfica, los cambios políticos y las relaciones históricas influyen en la composición de la población no nacional de cada país. La inmigración en Alemania, Dinamarca y Países Bajos procede mayoritariamente de Turquía. La de Portugal es originaria de sus antiguas colonias (Cabo Verde, Brasil y Angola), mientras que la de España viene en su mayor parte de Ecuador y Marruecos.

En España hay que señalar la situación especial de Canarias, dada su localización geográfica. La masiva afluencia de inmigrantes subsaharianos registrada (9.000 en lo que va de año frente a 4.715 en todo 2005) ha llamado la atención del Consejo de Ministros de Justicia e Interior de la UE, que ha mostrado su «máximo apoyo» al problema de la inmigración ilegal en las costas canarias.