«El movimiento es la forma más inteligente de expresión». Éste es el leit motiv de la obra del coreógrafo español residente en Londres Rafael Bonachela, que en su ultimo trabajo, Voices (Voces), ha optado por imponer fronteras imaginarias a los movimientos de sus bailarines, como metáfora del drama humano de la inmigración evitando, eso sí, un ejercicio de obviedad sobre el escenario.

Se trata de un escalón más en su evolución personal en la danza contemporánea, tras conquistar numerosos halagos de la crítica británica y galardones como The Place, considerado el Turner de la danza, y que mañana alcanza su emancipación definitiva en la capital británica con la presentación de su propia compañía, Bonachela Dance Company, dejando atrás 14 años como bailarín y coreógrafo asociado a la prestigiosa compañía Rambert.

El Queen Elisabeth Hall acogerá el espectáculo más político facturado por Bonachela, «una respuesta artística» a un tema actual inspirado en un primer momento por las agonizantes escenas del salto de la verja de Ceuta, y que podrá ser visto en octubre en el Mercat de les Flors de Barcelona.

«La noticia me dejó muy conmovido, pero he optado por utilizar ese tema como punto de partida para hablar de opresión y de la lucha por buscar un lugar mejor, bien sea en Ceuta, como en la frontera mexicana de Estados Unidos, Israel y Palestina o Corea del Norte y Corea del Sur. Me propuse meterme en la piel del viajero de una patera a través del movimiento», explica el coreógrafo, conocido también por haber domado los pasos de divas del pop como por ejemplo Kylie Minogue y Tina Turner. Este viaje artístico por los límites del ser humano, interpretado por los seis bailarines de la compañía, se divide en dos composiciones: la primera, Naturale, sobre una melodía de viola del italiano Luciano Berio (1925 – 2003); la segunda, una colaboración de lujo con música original del compositor británico Mathew Herbert. «Siempre me atrajo su trabajo por su afán experimentador, por la manera en que es capaz, por ejemplo, de samplear una música sobre la comida manufacturada. Le mandé un mail y aceptó mi propuesta. Fue él quien me animó con la idea de buscar un tema muy de actualidad para inspirar su música», afirma.

Sonidos ‘reales’

Para indagar en la idea de opresión y límites, Herbert recurre a sonidos reales e irreconocibles de tiroteos de israelíes a palestinos, o a helicópteros Tornado británicos sobre Irak a modo de percusión, además de introducir el poema Rendez vous with death y un testimonio de un refugiado kurdo en el Reino Unido.

La coral The Sixteen se encarga de aportar un tono solemne a la melodía. Esta segunda pieza cuenta también con la colaboración de la videoartista Lenka Clayton, quien obtuvo imágenes normalmente inaccesibles de militares haciendo guardia en la frontera entre Corea del Norte y su vecino sureño.

Tras la escala londinense, el coreógrafo de La Garriga (Cataluña) se embarcará en una gira en Reino Unido, Holanda y Suecia. Además, estará en Barcelona los días 1 y 2 de julio, con un trabajo concebido especialmente para el festival Días de Danza.