Mauritania exige más dinero a la UE para renovar el pacto pesquero
La Voz de Galicia, 11-06-2006El ingreso de Mauritania hace algunos meses en el selecto club de países productores de petróleo permite al Gobierno de ese país, según los expertos, una negociación mucho más exigente a la hora de abordar la renovación del acuerdo pesquero con la Unión Europea (UE). Unas previsiones de ingresos de 300 millones de dólares para este año 2006 provenientes de la venta de crudo, han provocado que Nouakchott ocupe actualmente una posición de cierta ventaja a la hora de cerrar un nuevo pacto.
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A nadie se le escapa tampoco el nuevo contexto ante la avalancha de inmigrantes que, desde las costas mauritanas, llegan a Europa a través de las islas Canarias. Así, puesto que el acuerdo pesquero en vigor expira el 31 de julio, el Gobierno del país africano buscaría llegar ahora a algún tipo de partenariado con la UE que, además de mayores contrapartidas económicas y más sensibilidad hacia unos recursos pesqueros castigados, aportaría tecnología e infraestructuras, tales como carreteras, escuelas o hospitales.
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Además de unas mejores perspectivas económicas, otro factor a tener en cuenta son los vientos democráticos que han llegado al país tras el derrocamiento del presidente Ould Taya en agosto del 2005. Si bien aún existen muchos claroscuros en el proceso de transición, la libertad de expresión es, sin duda, mayor. Éso lo pudieron comprobar en febrero los negociadores europeos que asistieron en la capital mauritana a las movilizaciones de varios cientos de pequeños pescadores contra la renovación del acuerdo pesquero. Con proclamas como «los europeos roban nuestros recursos» o «no a la renovación de los acuerdos de pesca», los manifestantes ocuparon la sala de reuniones del Ministerio de Pesca antes de salir a la calle. «Con el antiguo régimen esto no era posible y nos arriesgábamos a ir a prisión por un acto similar», declara un pescador.
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Situación crítica
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Los pequeños profesionales se manifiestan porque existen más amplias cotas de libertad, pero sobre todo porque cada vez hay menos pescado. Las exportaciones han caído en picado durante los últimos años, pasando de 286.000 toneladas en 1996 a 100.000 toneladas en el 2003, reduciéndose la contribución de la pesca artesanal, un sector que ocupa a más de 35.000 cabezas de familia, del 22 al 5%. Es por esto también que las autoridades mauritanas han rechazado, de momento, la firma de un acuerdo que «no va con los intereses del país».
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Tal y como han señalado fuentes oficiales, «al igual que los pescadores artesanales del país magrebí, que ven con temor la llegada de nuevos barcos extranjeros, las autoridades desean preservar este recurso natural, tan castigado durante los últimos años». La Federación de Pescadores Mauritanos (FPM) afirma que la flota europea, que cuenta con unos 185 navíos, no es la única en faenar en estas aguas y habría que contabilizar también 234 navíos asiáticos, 270 embarcaciones senegalesas y 143 barcos que, bajo bandera mauritana, pertenecerían a intereses extranjeros.
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En el pacto todavía vigente con la UE, la contrapartida financiera se situaba en 94 millones de euros para cinco años. A ojos de los pescadores mauritanos, esta cifra es harto insuficiente y exigen que el monto se eleve a nada menos que 150 millones por año, cosa que los negociadores europeos han rechazado de plano. En declaraciones a la prensa mauritana, el representante de la Comisión Europea en Nouakchott, Jean Eric Parques, ha reconocido lo desorbitado de esa cantidad, señalando que Europa sí aceptaría, sin embargo, una reducción en las capturas de las especies más amenazadas, gambas y cefalópodos fundamentalmente.
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Según estimaciones de los científicos mauritanos, las capturas actuales sobrepasarían entre un 30 y un 35% el máximo aconsejado para la óptima regeneración de los recursos, lo cual hace insuficiente el paro biológico que, desde 1995, tiene lugar entre los meses de agosto y septiembre de cada año.
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