Catalunya escolariza pocos inmigrantes en las guarderías

El Periodico, 11-06-2006

Cerca de un 30% de los niños que no han cumplido los 3 años están matriculados en Catalunya en un centro educativo, un indicador que en el conjunto de España desciende hasta el 14%. Pero, a pesar de liderar la estadística en este terreno y formar parte del pelotón de cuatro comunidades autónomas que andan escapadas del resto en esta etapa educativa, junto al País Vasco, Madrid y Aragón, la presencia de inmigrantes en las guarderías catalanas es la más baja de toda España.
El primero de los informes sobre el estado de la educación en Catalunya que la Fundació Jaume Bofill acaba de publicar, y que a partir de ahora tendrá carácter anual, detecta que “la nacionalidad del alumnado es un factor generador de diferencias en las probabilidades de acceso” a la educación antes de los 6 años, edad en que se inicia la escolarización obligatoria. Y que en Catalunya esa diferencia adopta unas proporciones considerables y se concentra en el primer tramo de la educación infantil, hasta los 3 años.
Alrededor de un 7% de los 251.419 alumnos inscritos en la educación infantil catalana (0 – 6 años) en el curso 2003 – 2004 eran extranjeros, una proporción ligeramente inferior a la existente en primaria y ESO, pero con la salvedad de que los padrones de habitantes delatan que el número de extranjeros censados en edades primerizas es mayor.

DESEQUILIBRIO
Los responsables del trabajo, coordinado por el sociólogo Xavier Bonal, han confeccionado un denominado índice de normalización en el acceso de los niños extranjeros a la educación infantil (0 – 6 años) por comunidades que deja en mal lugar a Catalunya. El indicador 1 equivale a una presencia normalizada de los inmigrantes en los centros que acogen a niños de esas edades, acorde con su implantación en el territorio y en el resto de las etapas educativas. En función de ese cálculo, la media española se sitúa en el 0,84. Cantabria (1,56) lidera la tabla. Y Catalunya (0,64), la cierra.
La cuestión adopta tintes preocupantes porque los expertos consideran que la escolarización temprana es muy conveniente en el caso de los inmigrantes, puesto que buena parte de ellos proceden de familias socioculturalmente desfavorecidas y van a tener más dificultades para alcanzar el éxito escolar.
Los autores del informe de la Jaume Bofill han observado paralelamente que, en función de la nacionalidad del cabeza de familia, se puede llegar a la conclusión de que las familias autóctonas disponen de una ventaja de 12 puntos cuando se miden las probabilidades de que sus hijos acudan a la guardería.
Las razones que explican la desigualdad son diversas, pero Bonal apunta una de las más poderosas: la oferta pública, de menor envergadura que en otras etapas educativas, es cara. Los requisitos de seguridad que han de reunir los espacios que acogen a los más pequeños y el reducido número de alumnos por grupo, disparan los costes. Y las familias, constata el informe de la Fundació Jaume Bofill, acaban “cubriendo una parte muy significativa de lo que cuesta la plaza escolar”, habitualmente un tercio, que solo es posible recortar si obtienen una beca.

MADRID
Es cierto que Catalunya dispone de una población extranjera más elevada que la mayor parte de comunidades autónomas, lo que en parte podría explicar lo sucedido, pero Madrid, con porcentajes de inmigración iguales o superiores a Catalunya, tiene cifras más equilibradas en el acceso a la educación infantil entre la población autóctona y extranjera. La equidad es también mayor en Valencia y Baleares.

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