Reino Unido tiene un millón de extranjeros menos que España
La Vanguardia, 11-06-2006por la diferencia en el estadio migratorio de los dos países. El Institut National de la Statistique et des Études Economiques francés explica en un reciente estudio que 2,3 millones de franceses son hijos de padres inmigrantes que carecían de la nacionalidad.
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Es decir, pueden ser identificados como la segunda generación de inmigrantes que, nacidos y criados en Francia, han obtenido la nacionalidad y ya no pueden ser considerados como población extranjera.
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La situación en España es muy diferente. Vivimos aún la llegada de la primera generación. El 1 de enero del 2000 el INE tenía registrados 923.000 extranjeros y en sólo seis años son más de cuatro millones. En Francia, por el contrario, el número de ciudadanos extranjeros se ha mantenido más o menos estable desde principios de los años noventa, en torno a los 3,5 millones de inmigrantes. El ligero repunte de los últimos años ha elevado ese colectivo hasta los actuales 4 millones.
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La situación del Reino Unido es muy similar a la de Francia. Su instituto estadístico sitúa la población foránea en 2.760.000 personas en el año 2004. Aunque son muchos los residentes con aspecto de ser originarios de otros continentes, la pertenencia a países que fueron colonias británicas ha facilitado la adquisición del pasaporte europeo.
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Por lo que se refiere a Italia, con una población total de casi 60 millones de ciudadanos, Eurostat sitúa su colectivo inmigrante alrededor de 1.990.000 personas en el 2004.
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El informe de Eurostat cifra la población extranjera en los 25 países miembros en unos 25 millones de personas, lo que representa un 5,5 % del total de la población de la UE. Desde el punto de vista porcentual, Luxemburgo es el país con más residentes de otros países, con un 38%. Su tamaño y ubicación en el centro de Europa explican el dato.
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Le siguen en la clasificación Letonia y Estonia, con un 22% y un 20%, respectivamente. En ambos casos la explicación procede del abultado número de ciudadanos de origen ruso que decidieron no cambiar su pasaporte tras la independencia de los países bálticos. En el extremo opuesto está Eslovaquia, con tan sólo un 0,6% de extranjeros, la mayoría de ellos checos.
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