"No será posible una integración sociolaboral de la mujer mientras no se repartan las tareas de casa"

Diario de Noticias, 11-06-2006

pamplona.¿Quiénes son las mujeres que están al borde de la exclusión?

Lo que es en Pamplona, mujeres con responsabilidades familiares, mujeres fundamentalmente inmigrantes, las mayores de 40 – 45 años en proceso de separación de parejas de las que han vivido económicamente; mujeres con minusvalías y mujeres que se encargan de la responsabilidad familiar y de atender a sus hijos que no se cualifican y que tienen que dejar estudios y compatibilizar su vida con una actividad laboral. También consideramos mujeres al borde de la exclusión a aquellas que trabajan en la economía sumergida entendiendo en este ámbito, por ejemplo, la prostitución, el servicio doméstico e incluso mujeres normalizadas. De acuerdo con Encuesta de Población Activa (EPA), la tasa de paro de las mujeres supone un 7,95% respecto al 5,13% masculino, es mayor pero el dato es poco representativo a efectos de exclusión ya que la mayoría no están registradas en las oficinas de empleo como tampoco lo están las amas de casa.

¿Qué objetivo tiene organizar jornadas de este tipo? ¿Calan los mensajes?

Desde nuestra experiencia en Gaztelan, trabajamos con mujeres que tienen dificultades para acceder al empleo. Aunque también atendemos a los varones, se da la circunstancia de que las tres cuartas partes de las personas que atendemos son mujeres. Vamos viendo que se repiten una serie de características en ellas y por tanto considerábamos importante sensibilizar, sacar al exterior, tanto desde nuestra experiencia, como de otras realidades que también trabajan con mujeres temas de reinserción, y reflexionar sobre como intentamos ayudar a que su situación mejore.

¿Por qué la mujer es especialmente vulnerable a la exclusión?

Porque estamos en un sistema organizado por hombres y toda la organización económica, política, social y estructural está organizada por hombres y para hombres. Tradicionalmente y culturalmente el varón es el encargado de traer el dinero a casa y la mujer de cuidar y de procrear. Por tanto, a la hora de constituir cualquier marco legal, la mujer, para lograr su independencia, tiene que insertarse en el empleo pero nos queda toda la batalla pendiente que es el reparto de la responsabilidad familiar y políticas de conciliación que no vayan dirigidas exclusivamente a mujeres para no producir el mismo esquema. No es posible la integración sociolaboral de las mujeres mientras se les considere únicas responsables de las tareas del ámbito doméstico.

¿Dónde están las claves para superar esta situación?

En la participación. Los modelos de investigación y de aplicación de políticas tienen que contemplar y visibilizar indicadores que hasta ahora se entienden subjetivos porque forman parte de las impresiones y sentimientos de mujeres y no lo son. Se dice vamos a hacer políticas para favorecer las mujeres excluidas y no se tiene en cuenta aspectos del tipo a cómo se encuentran las mujeres trabajando, sin trabajar, etc. Tienen que ser ellas mismas las que ayuden a construir indicadores para saber dónde se sitúan, qué dificultades tienen. Que puedan hablar y que se tenga en cuenta lo que ellas proponen. Debemos fijarnos en otras culturas, repartir el trabajo para trabajar más personas pero menos horas y, por supuesto, incidir en todo lo que suponga promoción de la mujer.

¿Qué experiencias han presentado las asociaciones que han venido a la jornada de Barcelona?

Trabajan en el barrio del Raval de Barcelona y la oferta de empleos para mujeres en riesgo de exclusión, como nos ocurre en Gaztelan, sigue siendo la de puestos estereotipados femeninos: ayudante de cocina, limpieza, camareras de pisos, servicio doméstico profesionalizado, atención a niños y mayores. El problema que encontramos es que el tejido empresarial no está preparado. Ha habido experiencias de preparar a mujeres para trabajos como soldadoras, peonas de construcción, carretilleras, etc pero luego te encuentras con que el tejido empresarial no está preparado. Por eso, hay que trabajar muchísimo con el empresariado. Además, las compañeras de Barcelona han aportado material sobre el diagnóstico de empleabilidad, una herramienta objetiva que te permite indicar a la persona que asesoras sus carencias y potencialidades, y lo que requiere para insertarse y acceder a un empleo, facilitarle que pueda realizar su propio itinerario.

¿Qué aportaciones realiza en este terreno la Fundación Gaztelan?

Se constituye como fundación en el año 1995. Gaztelan tiene dos misiones. Por un lado, contribuir al desarrollo de una economía solidaria favoreciendo la creación de empleo en empresas solidarias donde el fin de la economía sea la persona. Por otro, trabajamos para favorecer la inserción laboral de personas con dificultades.

¿De la oferta de Gaztelan, qué programas están dirigidos a mujeres en riesgo de exclusión?

Tenemos un centro de inserción sociolaboral que es Transforma, creado hace tres años que ofrece un servicio de atención a domicilio dentro del ámbito privado. Hay dos personas encargadas de buscar clientela. Al ser un programa sociolaboral debe tener un porcentaje de personas de inserción que se les promociona durante tres años para, pasado este tiempo, poder salir al mercado laboral normalizado. Por otro lado, está la empresa de limpieza 4vientos, cuya plantilla está formada principalmente por mujeres inmigrantes y con especiales dificultades. En tercer lugar tenemos el programa Casas Amigas, que también es otra iniciativa de atención a la infancia en los domicilios particulares de las mujeres. A parte, tenemos el sistema de asesoramiento a todo tipo de iniciativas laborales y el servicio de orientación y de intermediación laboral.

La ley de dependencia ¿contribuirá a que descienda el número de mujeres al borde de la exclusión?

En la jornada se valoró este aspecto y da la impresión de que se van poniendo parches porque, al final, es tal el cambio social que requiere este tema de mujer, de género, de equiparar derechos que aunque están reconocidos en la práctica no se dan… que no dejará de ser un parche. No obstante, también hay que valorar que permitirá que afloren muchas situaciones y sensibilizar a la sociedad, aunque de nuevo serán mujeres las que se amparen en esta ley para hacer los mismos trabajos.

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