-LA MAYORIA, ECUATORIANOS-
Más de la mitad de los obreros que trabajan en la M-30 son inmigrantes
El Mundo, 11-06-2006MADRID. - Echando un simple vistazo a las grandes obras que se están realizando en la capital, cualquier persona se da cuenta de que muchas de las manos que hacen posible reformas estructurales o pequeñas chapuzas pertenecen a trabajadores inmigrantes.
Sólo en los tajos de la M – 30, el 53% de los obreros son los que el Ayuntamiento llama nuevos vecinos y un 47%, operarios de origen español, según la Concejalía de Urbanismo. La causa de esta mayor presencia de población extranjera (en un porcentaje mayor que el que se da en la población) es, según los responsables municipales, que no hay asalariados nacionales suficientes para cubrir la cantidad de puestos de trabajo que ha ofertado esta obra. Revisando todas las tareas propias de estos tajos, el estudio descubre que la proporción población inmigrante – española varía en función del tipo de trabajo. En el caso de la administración, por ejemplo, sólo un 5% de los operarios tiene un pasaporte diferente al español, mientras que los inmigrantes son mayoría en los trabajos de carpintería y encoframiento, albañilería, picado de pilotes y seguridad. O, como en el caso de las tareas de ferralla, con una presencia del 87%.
«Normalmente no son obreros cualificados, pero sí se especializan en una tarea concreta en función de su experiencia anterior o por la dureza del trabajo. Por ejemplo, los suramericanos suelen ser contratados para ocupaciones relacionadas con la maquinaria porque es más fácil que sepan conducir, o que puedan homologar sus permisos, que otros inmigrantes», aclara el director general de Infraestructuras de la Concejalía de Urbanismo, Manuel Arnaiz.
Entre los trabajadores venidos de fuera que cada día se levantan para trabajar en la reforma de la circunvalación, son mayoría los ecuatorianos, uno de cada cinco. Uno de cada 10 es de Guinea Bissau y otro 10% llega desde Marruecos o Argelia. También hay una importante presencia de subsaharianos y de dominicanos.
Sin embargo, lejos de convertirse en la torre de Babel que muestran los datos, los responsables de las obras insisten en que «los trabajadores no nacionales se van adaptando bien al trabajo». Aunque Manuel Arnaiz es consciente de que hay algunos problemas debido, sobre todo, al idioma: «Es más difícil dar un curso de seguridad laboral a alguien que no conoce el español. Pero los mandos intermedios tienen que ir ajustando estas circunstancias y al final se hace sin problemas».
Además, otro dato que pone de relieve el estudio es que, de los casi 5.000 trabajadores que pican día a día en la M – 30, muchos no provienen de la Comunidad de Madrid. Es decir, la conjunción de obras que se ha producido estos últimos años en la capital ha supuesto un efecto llamada para profesionales cualificados que habitualmente residen en otras provincias y autonomías de España.
Los más numerosos, después de los que madrileños, son los castellano – manchegos. Aunque también hay un número importante de profesionales de Andalucía, de Castilla y León y de Extremadura.
Los operarios de la región son mayoría en casi todos los tipos de trabajo excepto en la ejecución de las pantallas donde sólo uno de cada cuatro obreros vive en Madrid. En este caso, la mayoría provienen de Castilla La Mancha y Andalucía (el 33% y el 29% respectivamente).
Inmigrantes en el tren
La llegada de miles de extranjeros también ha cambiado el tipo de viajeros que toman las Cercanías. La mayor parte de los inmigrantes son trabajadores que necesitan desplazarse por la ciudad, o fuera de ella, para acudir a su centro de trabajo o para volver a casa.
Actualmente los clientes extranjeros representan el 23,1% de los viajeros que Renfe transporta en las Cercanías de Madrid. Este porcentaje supone unos 207.000 viajeros diarios, de los aproximadamente 950.000 que viven en la región.
Los hispanoamericanos, según el estudio de Cercanías de Renfe, encabezan el ranking de los usuarios inmigrantes, ya que son la mayoría, con un 50%. La segunda nacionalidad es la de ciudadanos de países del Este de Europa, con un 27,3% del total de pasajeros.
Las líneas de mayor uso por parte de los extranjeros son la C – 10 (Villalba – Príncipe Pío – Atocha – Chamartín – Tres Cantos), la C – 7 (Alcalá – Atocha – Chamartín) y la C – 8 (Villalba – Chamartín).
Por nacionalidades los ecuatorianos son el colectivo que más usa la línea de Cercanías, con un 18,7% del total de extranjeros, seguidos de los rumanos y colombianos (11,3%).
A diferencia de los clientes españoles, en el caso de los extranjeros los hombres son mayoría (54%). La mayor parte de los encuestados señala que toma el tren por motivos básicamente laborales. Un 77% lo hace para acudir al trabajo, un 14% por encima de los españoles. El 18% de los viajeros nacionales son estudiantes, mientras que en el caso de los extranjeros la cifra baja hasta el 7%.
Un 72% de los clientes extranjeros, que son en un 80% asalariados, realiza dos viajes diarios. Los españoles asalariados que utilizan este servicio son un 68%.
Según informa Renfe, los inmigrantes valoran en su conjunto de forma notable el servicio de Cercanías de Madrid, con una nota de 8,31 sobre 10.
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