Una pelea enfrenta en un pueblo de Huesca a 300 inmigrantes
El Mundo, 11-06-2006Los alcaldes de la zona denuncian una oleada de ‘sin papeles’ para la campaña de la fruta Los vecinos aseguran que pasaron miedo y que tienen sensación de inseguridad. La Guardia Civil detuvo el pasado jueves en Zaidín (Huesca) a dos búlgaros, en situación ilegal, por iniciar una pelea en la que llegaron a participar unos 300 inmigrantes.
La alcaldesa de la localidad, María Teresa Font, ha solicitado ayuda y más presencia policial para afrontar una situación que se ha desbordado con la llegada masiva de búlgaros para trabajar en la campaña de la fruta. Font ha requerido que se vigilen los autobuses y furgonetas que llegan a la localidad casi todas las semanas con inmigrantes a bordo.
La alcaldesa ha denunciado en varias ocasiones la presencia de supuestas mafias que traen al pueblo a extranjeros en situación irregular. Los vecinos aseguran que cada viernes llegan a Zaidín, de apenas 1.700 habitantes, dos furgonetas con inmigrantes, que se teme que sean ilegales.
No es el único caso de preocupación ante la llegada de unos 11.000 temporeros para trabajar en la recolección de la fruta en Aragón: también han solicitado ayuda para afrontar la presencia masiva de inmigrantes los ayuntamientos de localidades zaragozanas como Epila, La Almunia o Ricla.
En esta última localidad se desmanteló hace unos días un campamento ilegal con unos 40 rumanos que se habían instalado en el cauce de un río. Ricla es un caso singular, pues de los 3.000 habitantes con que cuenta, 1.100 son inmigrantes empadronados, la mayoría rumanos. Además, para la recogida de la cereza han llegado otros 200.
Uno de los principales problemas con que se encuentran es el alojamiento, según ha denunciado UGT, pues muchos viven hacinados en infraviviendas. Es el caso de Caspe, con 200 temporeros mal instalados. En los últimos años sólo se han creado en Aragón 4.298 alojamientos destinados a los temporeros.
La comarca de Valdejalón va activar a partir del día 15 un plan para facilitar a este colectivo los servicios de duchas, lavandería y vales de alimentación.
La situación también es preocupante en Calatayud, donde los servicios sociales se han visto desbordados con la llegada continua de inmigrantes: hasta tres autobuses de rumanos en un día. Acuden con la intención de participar en la temporada de la fruta pero, al no haber trabajo debido a la baja cosecha, vagan por las calles y duermen con otros compatriotas en parques y jardines, o bajo el puente.
Es la cruz de la inmigración. Sin embargo, la cara es que Aragón sólo crece gracias a los llegados de otros países. La ciudad de Zaragoza cuenta con 65.000 inmigrantes, el 9,8% del total de sus habitantes; en Teruel los extranjeros aumentaron un 39% en un año; en Huesca crecieron de 587 a 3.941 en un lustro, siendo los marroquíes el colectivo más numeroso.
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