Un día tras otro despertamos con las terribles noticias sobre inmigración: naufragios, muertes, llegadas masivas a Canarias y otras costas, inmigrantes accidentados debido a los riesgos laborales, inmigrantes abandonados a su suerte,…; y crece la insensibilidad ante este terrible drama humano…

Frente a ello, un día tras otro la misma pobre respuesta de nuestros gobiernos a la inmigración, una dinámica a la que parece que tampoco quiere escapar el gobierno de Zapatero. Un gobierno que sigue sin responder, ante la emergencia que vive África, continente explotado y abandonado por los países enriquecidos.

En lo que llevamos de año, este gobierno ya va por el tercer plan de inmigración, siempre como respuesta ‘apagafuegos’, nunca desde una política integral de inmigración que de respuesta a todo el fenómeno, a sus causas y al contexto en el que se produce.

Primer plan: Ante el asalto desesperado a las vallas de Ceuta y Melilla: una vez más, nuevas vallas, más muros y más alambrada, …

Segundo plan: nuevas llegadas de inmigrantes a Canarias: acuerdos de ‘cooperación’, de repatriación con Malí y patrulleras para Mauritania, países con los que España no se acordaba nunca de cooperar (hasta ahora…), además, lo que necesita Mauritania no son precisamente patrulleras, ¿quien las utilizará? ¿servirán para su objetivo?.

Tercer plan: Estos días, más llegadas de inmigrantes a Canarias y propuesta de despliegue sin precedentes de flota marítima en las costas africanas (de Senegal, Gambia y hasta donde?) vigilancia aérea, alquiler de satélites, … Incluso los mismos ciudadanos comienzan a preguntarse si no sería más barato comprar un piso (a pesar de los precios…) y pagar un sueldo a cada inmigrante…. ¿Sabemos los ciudadanos lo que cuesta realmente alquilar satélites, y desplegar indefinidamente una flota en las costas africanas?, podríamos hacer un ‘príncipe’ de cada inmigrante si invirtiésemos en ellos toda esa cantidad desorbitada de dinero. Sobre todo, si añadimos el coste que tiene la expulsión de cada inmigrante, solución de la cuál se jacta ahora el señor Rubalcaba, como si se tratase de la panacea…, baste un dato, si tuviésemos que expulsar a todos los inmigrantes irregulares en España no habría suficiente PIB para ello … A esto lo llaman ahora ‘Plan África’…

Es el momento de preguntarnos si sirve de algo todo este obsceno derroche de dinero y ‘creatividad represiva’, y todo apunta a que no. Hace cinco años tuve la oportunidad de visitar la recién construida valla de Melilla, y tener un encuentro con la Guardia Civil que, al mismo tiempo que enseñaban ilusionados la nueva valla y su enorme coste económico, te decían entre risas que tampoco servía para nada. Se ha ampliado y mejorado esa valla en tres ocasiones más y aún sigue sirviendo para lo mismo.

Durante las últimas semanas, el gobierno ha abandonado en las calles de Málaga más de un centenar de inmigrantes subsaharianos.

Procedían de Canarias (el gobierno los trasladó ‘ilegalmente’, sin documentación…), estuvieron en el Centro de Internamiento de Capuchinos, pero tampoco podían ser expulsados, fueron puestos en libertad sin saber a donde ir, sin dinero, sin alojamiento y, lo que es peor, con una orden de expulsión que, no se puede ejecutar, pero les impide maquiavélicamente poder documentarse y trabajar regularmente, empujándoles directamente a la economía sumergida, la precariedad y la marginación. Ante ello, la subdelegación de Gobierno dice no saber nada, y se niega a recibir a las organizaciones: «Esto de la inmigración es muy complicado y vosotros no lo entendéis».

Mientras tanto, las organizaciones sociales, pese a no recibir respuesta ninguna, siguen insistiendo en la necesidad de vincular una gestión humanitaria de los flujos migratorios a una apuesta seria y decidida por el desarrollo de estos países, y de comenzar a trabajar porque estas personas no se vean forzados a emigrar como única solución a sus vidas y las de sus familias. No es un objetivo que podamos conseguir inmediatamente, pero mientras perdemos el tiempo contemplando la obstinación e incompetencia de nuestros políticos, empeñados en encargar un nuevo barco o una nueva valla al familiar de turno (no creo que ni ellos mismos crean en la efectividad de ello) África se muere, y perdemos un año más para trabajar por el desarrollo, alejamos un año más el horizonte de una solución al drama y un año más seguirán llegando pateras (o cayucos como lo llaman ahora…). El informe del PNUD de 2005 reconocía como tras 5 años desde la aprobación de los objetivos del milenio, no se había comenzado a hacer nada, no habrá resultados en el 2015 y África seguirá igual, habrá que esperar al 2020, si es que este año comenzamos a trabajar en ello. Porque estos planes de cooperación con patrulleras para Mauritania, este gasto brutal en vallas y alambradas, vigilancia aérea y alquiler de satélites, no aparece precisamente contemplado en ningún objetivo del milenio ni como ninguno de los posibles instrumentos para alcanzarlos… ¿O es que tampoco la ONU, y el PNUD entienden mucho de inmigración?

Definitivamente, hemos visto una y otra vez que nuestro gobierno es incapaz de resolver esta situación y es el momento de que los ciudadanos exijamos un giro radical, buscando otras soluciones desde el diálogo con las organizaciones sociales, de inmigrantes, y de cooperación al desarrollo que llevan años insistiendo en otras alternativas frente a los caros experimentos que gustan hacer a los gobiernos. Mientras tanto, seguimos esperando escuchar mañana una buena noticia, que hemos empezado a apostar por el desarrollo, que África ha comenzado a mejorar y que sus ciudadanos no se ven ya obligados a emigrar. Una noticia diferente a la de insultar a Evo Morales, por nacionalizar los hidrocarburos para sacar de la miseria el empobrecido y expoliado pueblo boliviano, para evitar que tengan que emigrar…