Madrid, 13 may (EFE).- El Defensor del Pueblo en funciones, Francisco Fernández Marugán, ha defendido que la inmigración es un “potente agente de transformación”, esencial para sostener el mercado laboral y mantener un equilibrio demográfico, por lo que urge a flexibilizar la ley de extranjería con el fin de consolidar esa aportación.

El Defensor ha hecho público este miércoles, junto al Informe Anual de 2019, el estudio “La contribución de la inmigración a la economía española”, que evidencia que ésta “ha sido, es y será una oportunidad e incluso una necesidad desde el punto de vista económico”.

Los extranjeros suponen el 15 % del empleo, aportan al mercado laboral casi 3 millones de trabajadores: si se marcharan mañana, el nivel de empleo de la economía caería a los 16,7 millones de ocupados, una caída que no podría ser sostenida por los trabajadores autóctonos.

El trabajo inmigrante ha generado importantes efectos económicos en todos los sectores de la economía, asegura el Defensor, que solicita que se modifiquen preceptos del reglamento de extranjería para mejorar las condiciones de trabajo y residencia de los migrantes. Para empezar, estableciendo que la autorización de trabajo y residencia inicial sea de seis meses a un año.

En el análisis, la institución aborda “la innegable evidencia de cómo la inmigración se ha convertido en factor de reemplazo demográfico” lo seguirá siendo inevitablemente en el futuro y se detalla cómo los flujos inmigratorios son esenciales para compensar el declive de la fuerza laboral.

El documento describe asimismo cómo los inmigrantes han contribuido al incremento de la tasa de actividad femenina de las españolas “de forma muy notable” al trabajar en el mercado de los cuidados de personas dependientes.

La tasa actual de dependencia, del 54 %, se incrementaría hasta el 62 % en los próximos 15 años y hasta el 84 % en 2050. El 60 % del servicio doméstico es extranjero, en su mayoría mujeres.

Según el Defensor, el impacto de la inmigración laboral sobre los niveles de salarios, empleo o paro de los trabajadores españoles es muy reducido y muy limitado en el tiempo: “El mercado laboral español ha absorbido la inmigración sin fricciones significativas ni duraderas”.

Su contribución a la fiscalidad es “muy notable”, sobre todo por sus contribuciones a la Seguridad Social y la sobrecualificación de los extranjeros es superior, “quitan” a los españoles la necesidad de realizar los peores trabajos.

DESMONTAR FALSOS MITOS SOBRE LA INMIGRACIÓN

Con este análisis, el Defensor pretende rebatir con datos objetivos los mensajes negativos sobre la inmigración.

Entre ellos, se argumenta que los extranjeros no viven de las pensiones (su fuente principal de renta procede del trabajo incluso en mayor medida que en el caso de los españoles) y que no gozan de preferencia alguna en las pensiones y prestaciones de la Seguridad Social: “El gasto en pensiones contributivas para los extranjeros es meramente testimonial”, explica el Defensor.

Tampoco gozan de ninguna ventaja relativa a la hora de percibir prestaciones por desempleo y la institución esgrime que este gasto para extranjeros está por debajo de su importancia relativa en el mercado laboral y su tasa de cobertura es inferior a la de los españoles.

Además, no acaparan las prestaciones de los servicios sociales y se constata que los inmigrantes usan menos los servicios públicos sanitarios: consultas, pruebas diagnósticas y medicamentos.