5.000 millones de euros va a gastar Italia en un nuevo paquete de medidas destinadas a responder a esta nueva fase de la pandemia, en la que se retoman la mayoría de las actividades productivas mientras los ciudadanos recuperan parte de su libertad de movimiento. Después de semanas de duras negociaciones entre los partidos que forman la coalición, el Gobierno aprobó anocheun nuevo decreto de más de 250 artículos y casi 500 páginas que, según dijo el primer ministro, Giuseppe Conte, ofrece «perspectivas concretas para el relanzamiento» económico de un país que sigue en «gran dificultad» y cuyos habitantes afrontan un «gran sufrimiento».

Cuando han pasado ya casi tres meses desde que se registró el primer caso de coronavirus y la pandemia parece relativamente controlada, la mayor urgencia es ahora mitigar el devastante impacto económico de la Covid-19. Se teme una caída del PIB este año del 9% y una explosión de la deuda pública, que llegaría hasta el 159%. Basta pensar que en marzo, el primer mes de cerrojazo, la producción industrial cayó en Italia un 28%, la mayor de la eurozona.

Para conseguir darle la vuelta a estos indicadores negativos, el Gobierno italiano aprobó este nuevo decreto que destinará 25.600 millones de euros a costear ayudas a los trabajadores, ya sean asalariados o por cuenta propia. Los primeros se benefician de un equivalente a los ERTE en España mientras que a los segundos les corresponden 600 euros mensuales. Son más de 4,6 millones los personas que se han acogido a estas ayudas, aunque muchos se quejan de las dificultades para recibirlas. Conte reconoció que se trata de un procedimiento «farragoso» y prometió simplificarlo.

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Para las empresas está previsto gastar más de 15.000 millones de euros entre rebajas y retrasos en el pago de impuestos, ayudas a fondo perdido y herramientas para la recapitalización de las corporaciones más grandes. Los bares, restaurantes y cafeterías, que reabren el lunes, quedarán temporalmente exentos del pago de la tasa por la ocupación del suelo público y podrán recuperar hasta el 60% del coste del alquiler de los locales en los meses de cerrojazo.

«Los invisibles explotados»
Otro elemento significativo del nuevo decreto es la regularización temporal de inmigrantes que se encuentran en situación ilegal trabajando en agricultura, ganadería y servicios domésticos. Conte no aclaró cuántas personas se beneficiarán, aunque consideró que serán menos de las 600.000 que se barajaron estas últimas semanas. A la ministra de Agricultura, Teresa Bellanova, que trabajó como jornalera, se le escaparon las lágrimas al presentar esta iniciativa dedicada a «los invisibles, brutalmente explotados en el campo o en familias». Podrán ahora «acceder a un permiso de trabajo y reconquistar su dignidad e identidad. Gana el Estado y pierde la criminalidad y la explotación laboral», dijo Bellanova. Esta regularización garantiza la recogida de las cosechas ante las dificultades para la llegada de trabajadores de otros países por las restricciones motivadas por la pandemia.

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SARA I. BELLED
El paquete de medidas planteado por el Gobierno prevé además la inyección de 3.250 millones de euros en el sistema sanitario. «Es lo que se invertía en dos años», celebró el ministro de Sanidad, Roberto Speranza, destacando que el dinero servirá para contratar a más médicos y enfermeros, así como para aumentar el número de plazas en las unidades de cuidados intensivos. «Tendremos hospitales más fuertes y preparados por si se produce una segunda oleada del coronavirus», comentó Speranza. La pandemia bajó este miércoles de las 80.000 personas actualmente enfermas y sumó 195 muertos y 888 nuevos casos, por lo que supera los 222.000 contagiados y los 31.000 fallecidos.

Como se esperaba, el Gobierno aprobó una ayuda de hasta 500 euros por familia para gastar en servicios turísticos en Italia hasta final de año. Al ser preguntado por la reapertura de los flujos de viajeros entre los países europeos, Conte se mostró frontalmente en contra de los acuerdos bilaterales, como el suscrito por Francia y Reino Unido. «Serían la destrucción del mercado único europeo, no los permitiremos, si no estaríamos fuera de la UE», comentó el primer ministro, que ha manifestado ya su posición a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

El coronavirus reducirá hasta un 45% los ingresos de la Santa Sede
Entre el 25% y el 45% pueden caer los ingresos de la Santa Sede este año debido al corononavirus, que provocará un déficit de entre 68 y 146 millones de euros. Pese a los «años difíciles» que se avecinan debido a la recesión motivada por la pandemia, no hay peligro de quiebra. Lo garantizó el prefecto de la Secretaría para la Economía, el jesuita extremeño Juan Antonio Guerrero, en una entrevista publicada este miércoles por el portal informativo del Vaticano. Para evitar la bancarrota, los distintos dicasterios de la Santa Sede, que cuenta con unos 3.000 empleados, están llamados a ajustar al máximo los gastos, por lo que este año deben renunciar a los viajes y a los convenios, y limitar las horas extraordinarias del personal.

«Al aprobar el presupuesto de este año ya habíamos decidido una reducción de los gastos para bajar el déficit. La emergencia del Covid nos obliga a hacerlo con mayor determinación. Tanto el escenario optimista como el pesimista dependen en parte de nosotros, de cuánto seamos capaces de reducir los costes», comentó el jesuita, nombrado ‘ministro’ de Economía de la Santa Sede por el Papa Francisco en noviembre. Guerrero reveló que en los últimos cuatro años se han mantenido constantes tanto los ingresos como los gastos. Los primeros, en torno a los 270 millones de euros, mientras que los segundos, sobre los 320 millones. La diferencia se cubría gracias al Óbolo de San Pedro, el fondo que recoge las donaciones de los fieles para sufragar el mantenimiento de la Iglesia y las obras de caridad del Papa.