Ni podemos ni debemos seguir solos
Las Provincias, 09-06-2006Hablar genéricamente de inmigración es simplificar un problema. No podemos contemplar con los mismos ojos a un inmigrante de los países del Este, de Hispanoamérica o de África, puesto que no tienen la misma problemática, ni la misma formación los que vienen de los distintos países de Europa Oriental que los subsaharianos, por ejemplo. Y aunque los hispanos tengan el nexo común de la lengua, lo cual a priori puede facilitar su integración, no es lo mismo un argentino, un colombiano o un ecuatoriano, y mucho menos si lo comparamos con un subsahariano.
Debemos abordar este tema con valentía. La solución no está en mirar a otro lado como hace el Partido Socialista, ni en levantar muros como hace Bush en México y Zapatero en Ceuta y Melilla. Los subsaharianos no tienen nada que perder, sólo la vida, y en sus países la vida ya la han perdido, por eso se arriesgan a cruzar en cayucos hacia la tierra prometida.
No podemos olvidar que los inmigrantes están haciendo los trabajos que los valencianos ya no quieren hacer. Están cuidando de nuestros mayores, están trabajando en nuestros campos, construyendo nuestras casas, pero también necesitan una adecuada educación y la misma asistencia sanitaria que tienen los valencianos. Sólo en el último año se han escolarizado 8.000 nuevos alumnos en nuestra Comunitat, y más de 500.000 reciben asistencia sanitaria.
Sólo un gobierno responsable y demagógico como lo es el de Zapatero puede legalizar a más de un millón de inmigrantes, mandarlos a las Comunidades Autónomas y no corresponsabilizarse de las necesidades de estas personas. Sólo un gobierno que gobierna con ocurrencias puede traer a Valencia cientos de inmigrantes en aviones desde Canarias, sin preocuparse de qué será de ellos.
No seamos tan ingenuos de pensar que aquí no pueden aparecer brotes xenófobos. Países de Europa con más tradición democrática que España ya tienen partidos de ultra derecha con clara ideología violenta y racista, y aunque hasta ahora hayamos sido un país que emigraba, ahora somos un país que recibe. Aunque nuestro Presidente del desgobierno, el señor Zapatero, solucione el problema metiendo la cabeza debajo de su propia ala, la inmigración exige una política coordinada con los gobiernos autonómicos, especialmente con los más afectados por este tema, como es la Comunitat Valenciana, así como con los Ayuntamientos, muchos de ellos desbordados por una llegada masiva de inmigrantes.
El ocurrente Zapatero no puede realizar una política de inmigración de espaldas a la Unión Europea, de la que yo creía que formábamos parte. No se pueden hacer regularizaciones sin contar con nuestros socios europeos ni con las Comunidades Autónomas.
En los grandes temas las decisiones políticas hay que consensuarlas de verdad, no decidiendo unilateralmente y luego pidiendo un falso consenso cuando la decisión ya está tomada.
La inmigración exige responsabilidad de los gobiernos afectados, de las ONGs, de los empresarios, de los sindicatos y también de los medios de comunicación, puesto que algunos, sin darse cuenta están tratando este problema con una trivialidad que puede favorecer sentimientos de rechazo.
Es fundamental para que exista una política de integración, la educación. Una educación que siendo respetuosa con los hijos de los inmigrantes, también lo sea con nuestras costumbres, y que nuestros hijos aprendan desde pequeños a convivir respetando las diferencias. Tendremos que darles una adecuada formación a los mayores para que puedan atender las necesidades de nuestro mercado laboral e impulsar programas de voluntariado para ayudar a una integración más eficaz.
La política demagógica e irresponsable del Gobierno socialista ha producido y produce un indudable efecto llamada donde las imágenes de los barcos cargados de inmigrantes llegando a Canarias, no son nada más que la punta del iceberg de un problema, ya que si nueve mil han llegado a Canarias, casi un millón de ilegales ha atravesado la antigua frontera con Francia.
Este es el desafío del siglo XXI. La demagogia socialista ni lo ha solucionado ni lo ha intentado. Sólo lo utilizan para insultar una vez más al PP, que cuando gobernó en Madrid, lo enfocó con seriedad, valentía y responsabilidad, con los inmigrantes y con los españoles.
El Gobierno del Presidente Camps está tomando medidas que ya se han demostrado eficaces con la inmigración, pero ni podemos ni debemos seguir solos. Los socialistas de aquí y de allí deben de dejar ya de mirar para otro lado, porque el problema es de todos y la solución también debe serlo.
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