En esta ocasión fue un yate, y no un cayuco ni una patera; pero fue igualmente mortal para sus 47 pasajeros. La Guardia Civil de Murcia sigue la pista en la localidad de Águilas del propietario del yate que apareció el pasado mes de abril en el Caribe con los cuerpos momificados de once ciudadanos senegaleses.

La embarcación partió con 47 senegales rumbo a las Islas Canarias desde el puerto de Praia (Cabo Verde), el 24 de diciembre de 2005. Como en otras tantas ocasiones, los inmigrantes no llegaron a su destino, y el Atlántico se convirtió en una trampa mortal. Ahora, según publicaba el martes el diario El País, agentes de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil investigan la versión de los hechos facilitada por algunos familiares de las víctimas del naufragio, quienes aseguran que un barco de mayores dimensiones remolcó al yate hasta mitad del oceáno y lo dejó a la deriva.

Por otra parte, la Policía de Barbados – según el periódico de tirada nacional – se inclina por la teoría de que la embarcación tuvo un fallo técnico y quedó a merced de las corrientes.

Al parecer, la Guardia Civil ha recopilado ya abundante información sobre el dueño del yate así como de sus estancias en numerosos puertos españoles. Según las pesquisas, el patrón investigado pasó unos días en el puerto de Águilas a finales del año 2004, procedente de Ibiza. Agentes de la Benemérita en la Región se encuentran estos días indagando por la localidad y buscando cualquier pista que pueda desvelar el paradero del hombre.

En el puerto de la localidad murciana nadie parece reconocer el barco. El gerente del club naútico de Águilas, José María Martínez, aseguraba ayer no haber visto dicho yate por la zona. «Si hubiera estado aquí una embarcación tan grande – tiene unos 11 metros de eslora – y de esas características creo que me acordaría. Varado en el club no ha estado», señalaba ayer el gerente.

Muchos marineros que andaban ayer por la zona no reconocieron el barco. Miembros de la cofradía de pescadores de Águilas, tampoco. En la oficina aguileña de la Dirección General de Puertos no tenían constancia de su atraque. «Puede que estuviera aquí en fin de semana o festivo, o quedara camuflado entre los pesqueros. Nosotros no tenemos registrada la llegada de esta embarcación», explicaban fuentes del organismo. Asimismo, apuntaba que en la costa hay numerosas calas y pudo estar atracado en otro punto distinto del puerto.

Un barco singular

Según El País, la pista que siguen los agentes se basa en algunas características que parecen singulares del yate encontrado a la deriva. El diseño es de un modelo francés pero la cabina no es la original, sino que pertenece a una barcaza del norte de España.

Otros detalles que facilitan la identificación del barco es que tiene ventanas de vidrio, la barandilla que rodea el casco, la toldilla de fibra de vidrio y la desaparición de los estantes de las perchas de popa. Además, según el testimonio de algunos testigos, tenía la botavara ajustada al mástil «excesivamente alta», lo que obligaba a la nave a navegar permanentemente muy escorada. Aunque al parecer, una de las tormentas arrancó el mástil de cuajo.

La Guardia Civil ya ha reclamado información para la localización del patrón a otras unidades como las de Ibiza, Barcelona, Madrid y las Palmas, además de a la Interpol.