Una mujer se prostituye cuatro años para pagar el rescate de su hijo, raptado cuando nació

La Razón, 09-06-2006

Madrid – No lo vio ni una sola vez en cuatro años. De hecho, casi no
conocía su cara. Le arrebataron a su hijo nada más nacer. Había dado a
luz, hace ya tanto, y dos personas sin alma le habían secuestrado a su
bebé casi antes de que perdiera el cordón umbilical. «Hasta que no pagues
la deuda, no volverás a ver a tu hijo». Hay, seguro, pocas torturas tan
crueles como esa, que incluye el secuestro de la persona por la que se
estaría dispuesta a hacer cualquier cosa, incluso a vender el cuerpo a
desconocidos a cambio de unos pocos euros.
   Por suerte, agentes del
Cuerpo Nacional de Policía han detenido a una pareja de origen nigeriano
que responden a las identidades de Becky F., de 27 años, y Faith N., de
24, por robar un menor a su madre, de la misma nacionalidad, que se vio
obligada a ejercer la prostitución para pagar 45.000 euros por haberla
traído a España, y así devolverle a su hijo. Además, por si esa no fuera
suficiente «motivación» para que la mujer se arrastrara por calles y
burdeles, la pareja amenazaba a la madre con todo tipo de rituales
relacionados con el culto vudú.
   Según informó la Jefatura
Superior de Policía, las investigaciones comenzaron cuando la mujer
nigeriana declaró que había sido explotada sexualmente por unos
compatriotas que la habían traído a España de forma irregular. Los
detenidos, según relató a los agentes, le habían robado previamente a su
hijo de corta edad y le dijeron que recuperaría al niño si pagaba un cifra
que rondaba los 45.000 euros.
   Por lo tanto, ella se vio obligada a
ejercer la prostitución por distintos clubes de la geografía española para
conseguir así el dinero suficiente para recuperar a su pequeño.
   La madre, que actualmente vivía en Granada con una pareja, fue localizada
para confirmar las primeras denuncias. Los agentes comprobaron que un
menor figuraba en el Registro Civil de Fuenlabrada en las fechas en que la
mujer decía que había tenido el hijo, en concreto el 20 de agosto de 2002
en el Hospital de Móstoles. Las cifras, pues, coincidían, y ya sólo
faltaba que los agentes encargados de la investigación dieran con el
paradero de los presuntos secuestradores.
   La policía descubrió que
la pareja acusada del robo del niño vivía en la zona conocida como Parque
Coimbra, en el municipio de Móstoles, con una hija de un año y medio, y
otra joven también de la misma nacionalidad. Un vecino avisó a los agentes
de que quizá podría haber oído llorar a un pequeño que no identificaba
como hija de los detenidos. A pesar de que era el único pequeño de raza
negra en el bloque, nadie recordaba haberlo visto nunca en las
inmediaciones del inmueble.
   De hecho, los captores intentaron que
pasara desapercibido y lo tenían todo el día en casa, casi siempre solo.
Tras un exhaustivo servicio de vigilancia de la vivienda, los agentes
vieron anteayer a un niño que asomaba la cabeza desde el balcón, y que
resultó ser el hijo que había sido robado de su madre cuatro años antes.
La policía registró pormenorizadamente el piso con la orden judicial
correspondiente e incautó el pasaporte y libro de familia de la madre de
dicho menor, así como varios sobres con diversos restos orgánicos
utilizados en los rituales de vudú con los que atemorizaban a la mujer,
informa Ep.
   Según han podido constatar las autoridades, el menor se
encuentra bien de salud pero con un cierto retraso en su desarrollo,
puesto que apenas habla. Tampoco figura en registro oficial alguno.
   El pequeño ha pasado a disposición de los profesionales del Servicio de
Protección de Menores de la Comunidad de Madrid, que determinará el futuro
del pequeño.
   

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