SUCESOS
Liberado un niño raptado para forzar a la madre a prostituirse
El Periodico, 09-06-2006La policía detuvo ayer en la localidad madrileña de Móstoles a dos mujeres nigerianas, Becky Franklin, de 27 años, y Faith N., de 24, acusadas de haber robado hace casi cuatro años al recién nacido de una compatriota, a quien obligaron a prostituirse y amenazaron con no devolverle el bebé si no pagaba los 45.000 euros de deuda por traerla a España.
Las arrestadas, que atemorizaban a la víctima con rituales de vudú, mantuvieron durante todo este tiempo encerrado en una casa de Madrid al pequeño, que se encuentra en buen estado de salud, pero sufre un retraso en su desarrollo y apenas habla.
La madre del niño, que ya abandonó la prostitución y ahora vive con su pareja en Granada, salió en 1999 de su pueblo natal. Al llegar a Mali tuvo que prostituirse por falta de recursos. Más tarde, consiguió llegar a Marruecos, donde conoció a una de las detenidas ayer, Becky Franklin, y a su compañero sentimental, Mossa Gibson, también de origen nigeriano. Ambos le pidieron 35.000 euros a cambio de pasarla a España.
A BORDO DE UNA PATERA
La mujer llegó a Tarifa (Cádiz) a bordo de una patera y embarazada de siete meses. Ya en Madrid, el 20 de agosto del 2002, dio a luz a su bebé en el Hospital de Móstoles. Una vez que recibió el alta médica, Franklin le dijo que la deuda había aumentado a 45.000 euros por los gastos del hospital.
Para saldar la deuda, la madre del bebé se prostituyó por diversos clubs de toda España. En Granada consiguió escapar gracias a la ayuda de un cliente, que la llevó a Sort (Pallars Sobirà).
El año pasado, la mujer interpuso una denuncia ante los Mossos d’Esquadra, que comenzaron la investigación, pero la trasladaron a la policía de Madrid al comprobar que el pequeño podía seguir viviendo en la capital.
Los agentes localizaron a las dos presuntas raptoras en un piso de Móstoles, donde comprobaron que convivían con una niña pequeña y otra joven nigeriana. Sin embargo, ningún vecino comentó nada acerca de la existencia de otro niño de raza negra. Finalmente, un inquilino del inmueble sí que dijo que había escuchado los llantos de un menor.
EN UN BALCÓN
Fue entonces cuando la policía montó un dispositivo de vigilancia “permanente” ante el edificio. El pasado martes, varios agentes vieron a un niño de raza negra asomándose por el balcón. Los agentes pidieron entonces autorización al juez y registraron el piso. Además del menor, la policía encontró el pasaporte de su madre y el libro de familia. También se incautaron de varios sobres con restos orgánicos, utilizados en rituales de vudú con los que atemorizaban a la madre.
Las dos captoras, ambas sin antecedentes policiales en España, tenían encerrado al pequeño en casa, casi siempre solo, sin escolarizarlo ni inscribirlo en registro alguno. Tampoco lo sacaban a un parque cercano al edificio para que jugara y se relacionara con otros niños. La policía les acusa de un delito de sustracción de menores, contra los derechos de los extranjeros y relativos a la prostitución.
El menor, que tiene buena salud pero presenta serias dificultades de comunicación, ha pasado a disposición del servicio de protección de menores de la Comunidad de Madrid, cuyos expertos decidirán qué hacer con él.
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