El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su homólogo rumano, Calin Popescu – Tariceanu, acordaron ayer reforzar la colaboración policial para combatir a las redes de delincuencia organizada que operan en España, procedentes de Rumanía. Al término de una reunión en La Moncloa, Zapatero explicó que ambos países realizarán un «seguimiento» de las mafias mediante el intercambio de funcionarios gubernamentales.

El jefe del Ejecutivo español anunció la creación de «un grupo de trabajo hispano – rumano en materia de inmigración», para mejorar la cooperación policial y la lucha contra el crimen organizado. Ambos gobiernos están «preocupados» por el aumento de los delitos cometidos por estas bandas, llegadas del país centroeuropeo.

Los dos presidentes subrayaron la necesidad de mejorar la integración de los rumanos residentes en España – son la tercera comunidad extranjera, con 317.000 personas – . «A todos les quiero expresar mi reconocimiento por su trabajo y aportación a nuestro desarrollo económico», afirmó Rodríguez Zapatero. Popescu recalcó que las autoridades de su país «no apoyan a los rumanos que quiebran la ley» y pidió que nadie «generalice» y crea que todos sus compatriotas son delincuentes.