De la ilusión a la tristeza. Este es el camino de sensaciones que han experimentado el párroco de Santa María del Mar, Antonio Díaz, y el joven músico peruano José Luis Matías, animador de grupos juveniles en su parroquia de Villamaría del Triunfo de Lima.


El joven tenía una esperanza: venir a Valencia al Encuentro Mundial de las Familias, y el párroco la voluntad de pagarle el viaje por la gran amistad que les une. Pero entre ambos deseos, se ha cruzado la siempre farragosa burocracia: el Consulado de España en Lima le ha negado el visado porque “ofrece pocas garantías de retorno a su país”, según dice el párroco que recoge la resolución del Consulado.


Antonio Díaz ha lamentado que el Consulado no contemple este acontecimiento “como una realidad internacional, sino como un coladero de inmigrantes ilegales en nuestro país”.


El sacerdote valenciano ha intentado todo tipo de mediaciones para facilitar la salida del joven. Así, ha enviado una carta al Consulado de España en Perú, al embajador y otra al cardenal y arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani. De momento, no ha obtenido respuesta.


El párroco de Santa María del Mar ya había reservado los billetes para que el joven peruano viniera a Valencia el próximo mes de julio. Además, lo alojaría en su casa porque José Luis no disfruta de una buena situación económica.


“Espero que en los pocos días que nos quedan para el Encuentro, las autoridades españolas puedan tener un corazón grande y dar una respuesta satisfactoria a la solicitud de este chico peruano”, manifestó el sacerdote valenciano como única esperanza de que el joven pueda ver al Papa en Valencia.