De todos los sectores productivos afectados por el frenazo en seco de la actividad, como consecuencia de la alerta sanitaria por el coronavirus, pocos acusan tanto las medidas restrictivas del estado de alarma como el agrario. El campo no entiende de plazos más allá de los que fija la madre naturaleza y, como apuntó ayer la propia consejera del ramo en La Rioja, «el campo no puede esperar».

Más si cabe cuando en el calendario agrícola aguardan su momento labores como la espergura, que será clave en los futuros rendimientos de un sector notablemente afectado por el cierre de la cadena Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) para dar salida a los productos.

Según Eva Hita, «entre unas 3.000 y 5.000 personas son necesarias para las distintas campañas», cuyo inicio es inminente en las parcelas de la Comunidad, por lo que la Administración ha priorizado las medidas para que los agricultores puedan atender dicha demanda.

Tal y como establece el Real Decreto aprobado anteayer en Consejo de Ministros, y que las administraciones autonómicas deben aplicar ahora, se han adoptado medidas urgentes concebidas para favorecer la contratación temporal de trabajadores en el sector agrario.

Es una flexibilización que distingue cuatro colectivos de beneficiarios: las personas en situación de desempleo por cese de actividad o cuyos contratos se hayan visto temporalmente suspendidos por el cierre temporal de la actividad; los migrantes cuyo permiso de trabajo expire en el periodo comprendido entre la declaración del estado de alarma (14 de marzo) y el 30 de junio; los jóvenes extranjeros que se encuentren en España en situación regular y tengan entre 18 y 21 años; y los jóvenes que estén cursando estudios superiores, aunque no cuenten con experiencia profesional en el sector agrícola.

La consejera de Agricultura detalló, tras recibir las instrucciones del ministerio en videoconferencia, que en la contratación temporal de trabajadores se tendrá en cuenta la proximidad de los domicilios a los lugares de faena, habilitando a las comunidades autónomas para ajustar ese criterio en función de la estructura territorial, dependiendo del despoblamiento o la dispersión de municipios.

Entre las restricciones marcadas desde la Administración central destaca la prohibición de «establecer corredores para que los trabajadores puedan desplazarse de una parte del territorio a otra, a efectos de evitar la expansión de la epidemia». Aunque la consejería y las organizaciones agrarias deben delimitar esos desplazamientos, la recomendación de Agricultura es no superar en los movimientos del personal los «50 u 80 kilómetros».

Eva Hita explicó que la intención es acometer un análisis de mano de obra en función del calendario de las campañas agrícolas, siendo la más inmediata la espergura, pero teniendo en cuenta que llegan también el aclareo de frutales y la recogida de la cereza en el mes de mayo.

Hasta el momento, según sus indicaciones, el abastecimiento de alimentos se está llevando a cabo con normalidad, pero «somos conscientes de que el cierre del canal de la restauración ha impactado fuertemente en productos como el cordero, los quesos de cabra y oveja, y en el vino».

Ante esta situación, la Consejería ha decidido estudiar, junto con el sector, varias medidas para apoyar el consumo de estos productos en particular y el de los artículos de proximidad en general. «Con nuestros hábitos alimenticios y las decisiones de compra, tenemos en nuestras manos apoyar al mundo rural», remarcó la consejera durante su intervención ante los medios.