La inmigración beneficia a países de origen y de destino

El Mundo, 08-06-2006

Un informe de la ONU dice que, en 15 años, el número global de inmigrantes ha aumentado de 155 a 191 millones Un informe rubricado por la ONU concluye que la ola global de inmigrantes de los últimos 15 años – de 155 a 191 millones – ha traído grandes beneficios tanto para los países receptores como para las naciones de origen, además de mejorar notablemente la vida de los propios trabajadores.


«Ahora entendemos mejor que nunca que la inmigración no es un juego de suma cero», declaró el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, en el momento de presentar el estudio. «Las sociedades deberían preguntarse más a sí mismas qué es lo que harían sin inmigrantes», concluyó por su parte Hania Zlotnik, al frente de la División de Población de la ONU.


El debate de la inmigración, que tanta sangre y tinta ha derramado en Estados Unidos y en la Unión Europea, será el tema estrella de la Asamblea General en septiembre. Como telón de fondo, el informe presentado anteayer y elaborado a partir de más de 100 estudios sobre las corrientes migratorias en todo el mundo en los últimos 25 años.


El 75% de los inmigrantes viven en 28 países desarrollados; entre ellos, España. Uno de cada cinco inmigrantes, principalmente de América Latina y de Asia, tiene los ojos puestos en EEUU, que sigue siendo el principal polo de atracción de mano de obra extranjera.


Los inmigrantes mandaron de vuelta a sus países de origen un total de 240.000 millones de dólares en el año 2005. Unos 167.000 millones dólares fueron a ingresar las arcas de los países en desarrollo. Esta cifra supera con creces la ayuda internacional recibida por vía oficial por los gobiernos de los mismos países, cuya economía se sustenta en gran parte gracias a las divisas enviadas por los inmigrantes.


El informe detecta también la existencia de «puntos negros» como la explosión de mafias dedicadas al «tráfico humano», el elevado coste de los envíos de dinero y las dificultades de la mano de obra cualificada para regresar a su país.


Otro de los mitos que derriba el informe es el hecho de que los inmigrantes ocupan puestos de trabajo que podrían desempeñar los ciudadanos nativos. «En los países desarrollados, una mayoría de estudios demuestran que la inmigración tiene un efecto débil sobre los salarios o el desempleo», puede leerse en el estudio, que sin embargo destaca que en los países europeos – con una legislación laboral más estricta – sí puede tener un efecto mayor sobre el paro que en EEUU, con normas más flexibles.


En general, el trabajo de los inmigrantes es «complementario», más que competitivo, y contribuye en gran medida al producto interior bruto de los países receptores, además de liberar a los ciudadanos nativos para tareas más cualificadas y mejor remuneradas.


El informe mira también hacia el futuro y predice incluso nuevas y mayores oleadas de inmigrantes debido al aumento de la necesidad de mano de obra. Hoy por hoy, en los países desarrollados, hay una proporción de 142 nuevos empleados por cada 100 que se jubilan. Dentro de 10 años, la proporción habrá variado drásticamente – 87 jóvenes por cada 100 jubilados – por lo que hará falta cubrir el déficit con la llegada de inmigrantes. Al mismo tiempo, los países en vías de desarrollo tendrán 342 candidatos por cada 100 empleos disponibles en los países del norte.


La publicación del estudio de la ONU ha coincido con otro informe, elaborado por las universidades norteamericanas de Tulane y Berkeley, en el que se denuncia la explotación laboral de los indocumentados hispanos en la reconstrucción de Nueva Orleáns.


De acuerdo con el informe, una oleada de 100.000 hispanos se ha desplazado en el último año a las localidades devastadas del Golfo de México, tras el éxodo de unos 400.000 noteamericanos que decidieron no volver. La mayor parte de ellos son trabajadores de la construcción, y una cuarta parte son «ilegales».

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)