'Royals'. Nuevo miembro

Una mexicana con raíces kurdas en la realeza británica: "Venir de una familia con múltiples culturas me hizo respetuosa a la realidad de los demás"

El Mundo, Francisco Carrión, 23-03-2020

Hanna Jaff es frontera entre varios mundos. Nació en Estados Unidos, tiene nacionalidad mexicana y, para hallar parte de sus raíces, hay que viajar hasta otro extremo, el Kurdistán iraquí. La joven de 34 años, futura baronesa, sumará el próximo julio una nueva coordenada a su biografía: se casará con Harry Roper-Curzon, miembro de la realeza británica.

“De momento, a corto plazo mi objetivo es casarme con el amor de mi vida y continuar con mi fundación. A medio plazo me gustaría formar una familia”, desliza Hanna en conversación exclusiva con LOC. Desde hace siete años dirige Jaff Foundation, una organización filantrópica que proporciona asistencia a refugiados y desplazados en una veintena de países en todo el mundo.

Harry, su prometido, es primo de las princesas Eugenia (29) y Beatriz (31), las hijas del príncipe Andrés, duque de York (60), segundo varón de la reina Isabel II y el príncipe Felipe. Es heredero al título de barón de Teynham. La pareja se conoció hace apenas medio año por mediación de unas amigas. “Harry caminaba con su perro Afile y conversaba con su amiga Martha sobre el tipo de mujer que quería. Harry le comentó que le gustaban las latinas y mencionó algunas características”, relata la joven. Una segunda amiga hizo las veces de celestina para propiciar el encuentro.

“Mi amiga organizó una cita durante una exposición de arte la noche que regresaba a Londres. Mi vuelo se demoró y llegué dos horas tarde. Harry pensó que no iba a llegar pero me esperó. Cuando por fin llegué a la exhibición, le vi de lejos y nos sonreímos. Desde ahí empezamos a salir y formalizamos nuestro noviazgo semanas después. Nos comprometimos en Año Nuevo cuando estábamos esquiando en Gstaad (Suiza)”, rememora.

De buena familia

Hanna procede de dos familias con historia. Su tatarabuelo paterno es Mohamed Pasha Jaff, un rey kurdo y líder de la tribu Jaff conocido por su lucha a favor de los derechos humanos y por su papel en la unión de los distintos clanes del Kurdistán, hoy el mayor pueblo sin Estado del planeta. Por lado materno, en cambio, es descendiente de Carlos Henry Bosdet, el ingeniero de raíces británicas que en el siglo XIX instaló la primera línea telefónica en México.

“Admiro la historia y personalidad de Mohamed Pasha porque mantuvo su voz sobre los derechos humanos y es recordado como uno de los primeros líderes que lucharon abiertamente en ese momento por los derechos humanos”, desliza Hanna, que trata de preservar su pasado familiar visitando cada año la actual región autónoma del Kurdistán iraquí.

“Provengo de una familia con dos culturas diferentes. De niña no entendía bien quién era”, admite la activista. “Fui aprendiendo de mis dos raíces y asumí con orgullo el ser quien soy y formar parte de mi nación. Venir de una familia con múltiples culturas, maneras de ser, idiomas y religiones me hizo respetuosa y sensible a la realidad de los demás. Me dio una visión global de las bondades y penurias que impactan a la gente”, arguye.

Sus lazos con el convulso Oriente Próximo continúan a través de la fundación que estableció en junio de 2013 con el propósito primero de enseñar inglés a inmigrantes y refugiados. “Gracias al origen de mi padre, he tenido la oportunidad de ver y sentir las guerras e injusticias que se registran en Oriente Próximo. Esto me enseñó que no importa qué cultura tienes, lo más importante es el respeto mutuo”.

En sus periplos por los países donde la fundación ha encontrado base, Hanna se dedica a visitar campos de refugiados. “Convivo con ellos, les escucho y les dono mis libros de inglés, para que aprendan un idioma mientras esperan su destino final. Visito las universidades dando conferencias promoviendo la paz y los derechos de las mujeres y jóvenes. Son los temas que me interesan difundir”, aclara.

“Hoy la fundación tiene ya 8.000 voluntarios y 19 sedes en tres países. Todo es posible si no te rindes, todo empieza con una persona. Al principio, era muy difícil que empresarios o voluntarios nos ayudaran cuando no confiaban en nosotros o nos conocían. Pero gracias a la perseverancia hemos organizado más de 198 eventos apoyando a más de 120.000 ciudadanos. Al final, cuando ves los resultados, sonrisas y agradecimientos es cuando sientes la verdadera riqueza”, añade.

Orgullosa de haber permitido que una mujer kurda participara por primera vez en un concurso de belleza internacional, Hanna se jacta de haber llevado la cultura kurda a México con un festival que reunió a 80.000 personas. En su país, la joven ha ganado notoriedad con un programa de telerrealidad Made in Mexico, disponible en Netflix. Una participación que no estuvo exenta de críticas.

“México vive en mi corazón. Es lo mejor en todos los sentidos, especialmente, su gente. Cuando participé en la serie, me enternecía leer los mensajes de las personas que se preocupaban por mi y por las acusaciones que me hacían en el show”, declara. " El programa impulsó mucho mi campaña ‘We Are One’ y me abrió muchas puertas para participar en foros, conferencias en la ONU y TED Talk".

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