Como si de un veterano espía se tratara, Antonio G. (si es que realmente se llama así) tenía 20 identidades diferentes y 32 pasaportes de diversos países para delinquir. Su especialidad eran las estafas a través de internet, para lo que utilizaba miles de tarjetas de crédito falsificadas, cuyas numeraciones y números secretos obtenía de la red. Los Mossos detuvieron el pasado 31 de mayo a este ciudadano rumano, de 36 años y vecino de Santa Coloma, al que se le imputan, como mínimo, estafas por valor de más de 200.000 euros.
Los datos bancarios los conseguía de los dos principales bancos de Estados Unidos (aún se desconoce si lo hacía por sí mismo o contaba con algún compinche) o bien de algún gestor de datos o, incluso, de alguna gran cadena de tiendas. El arrestado utilizaba un programa informático para hacerse con esa valiosa información que después grababa en tarjetas blancas, con las que realizaba y pagaba todo tipo de compras y sacaba dinero de cajeros automáticos.

REINCIDENTE
El acusado también había creado varias páginas web en las que ponía a la venta productos informáticos y electrónicos. Los cobraba, pero nunca entregaba la mercancía. Antonio G. ya había sido detenido dos veces en el último medio año por delitos similares.