Kultur Etxea acoge mañana la proyección del documental ‘Varados’ dirigido por Helena Taberna. Esta iniciativa impulsada por la ONG Hotz Oñati arrancará mañana a partir de las 19.00 y contará con la participación de voluntarios del Aita Mari que ayudarán a ofrecer una perspectiva más amplia de lo que trata de contar la pieza que se presenta mañana.

A día de hoy, en el Mediterráneo, miles de refugiados aguardan a que Europa les acoja. A las puertas del viejo continente, luchan «por mantener viva la esperanza a pesar de las precarias condiciones bajo las que subsisten», tal y como cuentan los propios creadores de la iniciativa. La cinta pone además el foco en acercarse a la vida cotidiana de los refugiados de larga duración. En edificios ocupados en Atenas o en campos de refugiados repartidos por todo el país, estos hombres y mujeres siguen a la espera de una documentación con la que poder continuar con sus vidas.

La cinta cuenta con la dirección de fotografía de Frodo García-Conde, el sonido de Jorge Alarcón y la producción de la propia Helena Taberna e Iker Ganuza quien además ejerce las labores de productor ejecutivo dentro del equipo técnico encargado de llevar a cabo este documental que ya ha recibido los elogios de la crítica.

Grabación
Los edificios ocupados dentro de los campos de refugiados de Atenas o la ya muchas veces mencionada isla de Lesbos son algunas de las localizaciones en las que actualmente se ha fundamentado el documental.

Uno de los puntos fuertes de la cinta no son sin embargo las localizaciones sino los protagonistas cuya vida llena gran parte del metraje de ‘Varados’. Entre ellos se encuentran personajes cotidianos y otros tan insólitos como un hombre de avanzada edad que va en silla de ruedas, otros más dolorosos como una pareja que ha dejado atrás a sus hijos, un entrenador de boxeo, un joven cocinero, unas niñas que ya saben hablar cuatro idiomas o una española (Lidia) que actualmente tiene una relación con un refugiado.

En declaraciones posteriores al estreno, la propia Helena ha declarado en varias ocasiones que su objetivo no era el de centrarse en la tarea de las ONG que operan en la zona sino la de conocer la vida de aquellas personas que ocupan dichos campamentos.

Entre los pequeños detalles que destaca el documental se encuentra el afán por la supervivencia, la necesidad de acceder a teléfonos móviles para hablar con sus familias o la de aprender nuevos idiomas que ni siquiera saben si van a tener que utilizar en un futuro.