Son cuatro lumbreras. O, como dice José Luis Calvo Rolle, la «flor y nata» de la nueva generación de universitarios de Marruecos. Se llaman Doha El Rhoul, Dilal Derouich, Kamal Kadmoun y Mohammed El Qadmiry, y este curso, junto a otros veinte alumnos, asisten al máster de Eficiencia y Aprovechamiento Energético que se imparte en la Escuela Universitaria Politécnica de Serantes (EUP), bajo la coordinación de Calvo Rolle.

Los cuatro desembarcaron a principios de este curso en el campus de Ferrol de la mano del programa Generaciones jóvenes como agentes de cambio (Young generation as change agents), un proyecto piloto impulsado por la Comisión Europea con el objetivo de establecer un «esquema de migración legal» con Marruecos. «El objetivo es que estos jóvenes graduados cursen en España másteres sobre sectores socioeconómicos que son estratégicos para el desarrollo de su país y, luego, ya de vuelta en Marruecos, impulsen proyectos empresariales o de emprendimiento en esos campos», explica el profesor José Luis Calvo Rolle.

En el marco de este programa, un total de cien graduados marroquíes están recibiendo formación de máster a largo de este curso en España, tras haber sido elegidos entre más de 1.200 jóvenes en su país. De ese centenar de alumnos, un total de ocho recalaron en la Universidade da Coruña (UDC), y de esos ocho, cuatro han tenido como destino el campus de Ferrol. «Las pruebas de selección se basaron en el expediente académico y en una entrevista personal», explica Dilal, una joven estudiante de 27 años de la ciudad de Safí.

Estos cuatro estudiantes marroquíes proceden de diferentes puntos del país africano, y también cuentan con distintos títulos universitarios, pero en Ferrol todos se enfrentan al mismo reto: aprobar los exámenes del máster y elaborar un trabajo fin de curso sobre un proyecto empresarial que contribuya al desarrollo económico de su país. Y es que diez de las cien ideas que se presenten a nivel nacional en el marco de este nuevo programa de movilidad estudiantil obtendrán financiación para ponerse en marcha en Marruecos.

Trabajos fin de máster

Aunque el plazo para la presentación de los proyectos no finaliza hasta julio, Dilal, Doha, Kamal y Mohammed ya tienen claras sus propuestas. Dilal centrará su trabajo en una empresa especializada en auditorías para viviendas eficientes (lo que allí se denomina «economic house»), mientras que Doha presentará un proyecto de una firma similar, pero especializada en la expedición de certificados energéticos para hoteles. Mohammed, por su parte, trabaja ya en una idea para fomentar el uso del hidrógeno como combustible limpio en la industria de la automoción. Y Kamal presentará un proyecto sobre bombeo de agua mediante energía solar.

Gracias al programa Generaciones jóvenes como agentes de cambio, financiado por la UE y coordinado por el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (Sepie), estos cuatro cerebros solo tienen que preocuparse de hincar los codos y sacar el máximo provecho a su paso por la Escuela Universitaria Politécnica de Serantes. La matrícula corre a cuenta del programa y, además, los estudiantes disponen de una beca de 900 euros al mes para sus gastos. «En ese aspecto, estamos muy contentos, porque, en comparación con Barcelona o Madrid, Ferrol es una ciudad barata y con esa ayuda podemos hacer frente a los gastos de alojamiento y manutención sin ningún problema», explica Dilal.

¿Perciben muchas diferencias estos alumnos entre el sistema de enseñanza gallego y el de su país? «Aquí las clases son más prácticas, tenemos que hacer bastantes trabajos en casa, mientras que en Marruecos la enseñanza es más teórica y se basa en la lección magistral», anota Kamal. «Y otra cosa que también nos sorprendió mucho es el trato tan cercano que hay con el profesor. Cuando vimos que nuestros compañeros de clase les trataban de tú y por el nombre de pila nos quedamos en shock», añade Dilal.

Los cuatro también coinciden al asegurar que la gente con la que se han topado en este rincón de Galicia es muy «agradable» y está siempre «dispuesta a ayudar». Y al preguntarles sobre qué esperan sacar en limpio de su experiencia en las aulas ferrolanas, no lo dudan ni un segundo. «Queremos mejorar nuestra formación y que todo ese conocimiento nos sirva después para ayudar a que nuestro país avance», dice Doha con firmeza.