El Sáhara, al 'rojo vivo' por armas, pobreza y petróleo

La debilidad del Polisario preocupa al Magreb y a EEUU

Canarias 7, 06-06-2006


Las Palmas de Gran Canaria
Millones de nigerianos vinculados a grupos chiítas extremistas empiezan a tantear la compra del armamento que el Polisario esconde en el desierto. La amenaza de atentados asola al Magreb.

Detrás de la aprobación de una autonomía para El Sáhara Occidental, se esconde un miedo generalizado de los países del Magreb a la debilidad estructural en la que se ve inmersa el Frente Polisario como consecuencia de las tensiones registradas en países del África subsahariana como Nigeria, uno de los grandes productores mundiales de petróleo.

El Polisario es el gestor de los campamentos argelinos de Tinduf en los que viven, desde hace 30 años, entre 70.000 y 100.000 personas. En estas tres décadas, y con el respaldo de Argelia, el Frente ha librado con Marruecos una batalla diplomática para ganar el reconocimiento de la comunidad internacional. Hasta hace un año, la balanza parecía equilibrarse en favor de los refugiados, sobre todo, por varias razones institucionales: una, Naciones Unidas reconoce el papel interlocutor del Frente para celebrar un referéndum de autodeterminación; dos, la lista de países que admite la legitimidad de la República Árabe Socialista Democrática (RASD) llega a 80; tres, la RASD pertenece a la Unión Africana; cuatro, disponía de una engrasada división de propaganda que le da popularidad y prestigio en Europa, sobre todo, en España; y quinto, lamía credibilidad a Marruecos entre la población saharaui ante la galopante crisis económica y financiera de la ex colonia hispana.

Pero la inestabilidad de la cuenca africana que va desde Guinea Ecuatorial hasta Mauritania y su agudo empobrecimiento pese a la paradoja de que han aparecido nuevos yacimientos de petróleo y gas, han cambiado la fisonomía de las prioridades diplomáticas incluidas las canarias, que sufren el alud de una inmigración ilegal que muestra el lado más amargo de la existencia humana.

El Frente Polisario ha perdido enteros como consecuencia de que la mirada de Estados Unidos es hoy otra. El plan de ayuda del G – 8 valorado en 40.000 millones de euros va camino de transmutar las fronteras africanas; ese plan, que podría aumentarse en otros 30.000 millones, coincidió en el tiempo con los instrumentos de cooperación de Europa y el informe del secretario general de Naciones Unidas (abril – 2006), Kofi Anan, que abre aún más las expectativas autonomistas para El Sáhara.

Tantas variables tienen como objetivo dotar de medios a esa orilla africana capaz, a su vez, de proveer de recursos energéticos al primer mundo. Son esos países los emisores de la inmigración que reciben territorios como Canarias y son esos inmigrantes la gran amenaza para la estabilidad de Mali, Chad, Argelia, Mauritania, Marruecos, Libia y Túnez.

El desierto es tan grandes que ha permitido durante décadas el tráfico de tabaco, alimentos, armas y todo tipo de bienes. En ese desierto se refugió hace 30 años la población saharaui disconforme con la ocupación marroquí. Y es en ese desierto donde durante 30 años, Argelia y la Unión Soviética suministraron equipos bélicos al Frente Polisario.

El último informe de la ONU da cuenta de una «violación» de los acuerdos militares del Frente al organizar un desfile en Tifariti con 2.600 efectivos, 150 camellos y 40 vehículos blindados para el transporte de tropas. Aunque es material tecnológicamente obsoleto, el Frente dispone, según los servicios de inteligencia marroquí, de 400 cohetes sam – 7, 50 misiles sam – 8, 350 tanques y miles de ametralladoras kalashnikov.

En su gran mayoría, el arsenal del Polisario está escondido en el desierto y, ante las tensiones internas de Tinduf (desde 1988 no se implantaba el toque de queda en los campos), organizaciones radicales como los grupos chiítas nigerianos empiezan a ver la posibilidad de operar a sus anchas en una zona sin control de estados ni administraciones. Estados Unidos está preocupado y ha empezado a influir para que Marruecos y el Polisario alcancen un acuerdo. La ONU va a más: «El Sáhara Occidental es fuente de inestabilidad y es una amenaza para la paz y la seguridad internacional».

 
‘El Polisario no es un terrorista’

Durante su visita a las Islas, Jalihenna Uld Rachid, presidente del consejo real para la solución de El Sáhara, negó cualquier vínculo del Frente Polisario a grupos terroristas internacionales que operan en zonas como El Sahel. «El Polisario no son terroristas. Son aparatos políticos – militares muy doctrinarios, arcaicos, con dogmas y programas erradicados desde el fin de la guerra fría y la caída del muro de Berlín, pero no son terroristas».

Pero Uld Rachid, que fue 17 años ministro con el rey Hassan II, es consciente, no obstante, de la enorme inestabilidad de la zona. «El círculo que forman el Sur de Argelia, el Este de Mauritania y el Norte de Mali, es propicio para grupos hostiles. Calculamos que hasta 20 millones de chiítas nigerianos aspiran a comprar el arsenal del Polisario. Debemos sellar la paz».

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