«Las elecciones vecinales son el primer paso para el voto de los inmigrantes»

Los extranjeros reclaman que su participación en la vida municipal no sea

La Razón, 06-06-2006

Madrid – Las asociaciones de inmigrantes tienen interés – mucho – en
participar en las elecciones que se celebrarán el último fin de semana de
septiembre para elegir las mesas distritales, o lo que es lo mismo, los
nuevos órganos de representación vecinal de los distritos. Cada una
entiende el proyecto a su forma, con las costumbres que arrastran de sus
países de origen, pero todas ven en esta iniciativa de la Concejalía de
Servicios Sociales una oportunidad para participar en la vida de la
ciudad. Todos reconocen que votarán a los candidatos de sus propias
nacionalidades, que tienen una cultura asociacional distinta en sus países
de origen y que quieren tenre voz en la ciudad.
   Voz y voto. James
Valencia, representante de los afrocolombianos de la capital apunta más
alto de lo que dice el proyecto. «Es un primer paso para que los
inmigrantes puedan votar en las elecciones municipales de toda España». No
es algo descabellado, mantiene él. «Madrid, la capital, enseñará a toda
España que los inmigrantes tienen que participar en la vida de la ciudad»,
dice.
   Los inmigrantes saben del peso de su voz en la calle, de la
realidad de cada día que lleva su acento, y piden paso para hacerse un
hueco en la cosa pública. También aceptan sus errores. «Si en un portal
hay un inmigrante que pone la música alta a partir de las doce de la noche
hay que explicarle que aquí eso no está permitido». Para eso, y para
cambiar la realidad de los barrios, servirán las mesas distritales.
   No habrá, eso sí, un voto inmigrante unido frente al autóctono. Los
sufragios y candidaturas tendrán un carácter nacional. «Es lógico que cada
comunidad vote a sus compatriotas que es a los que conoce, pero el dueño
de un locutorio, independientemente de su país de origen, conoce los
problemas de todos los inmigrantes que pasan por su local», explica
Valencia.
   Desde Fenadee, una de las asociaciones de inmigrantes
ecuatorianos (colectivo mayoritario en la capital), también apoyan con
entusiamo el proyecto, pero ponen dudas sobre la mesa. «Nos parece muy
interesante, aunque habrá que ver si realmente luego se nos escucha y no
se queda en papel mojado», dice Max Íñiguez. También él comparte que habrá
un voto nacionalista (por nacionalidades), «tan de moda en España»,
indica. Por último, explica que la comunidad ecuatoriana «quiere estar
representada por nosotros mismos» y pide al Ayuntamiento que «a los
elegidos se les facilite una infraestructura para que puedan realizar su
trabajo».
   Los inmigrantes rumanos viven una situación distinta.
Como futuros miembros de la UE tendrán derecho al voto en las elecciones
municipales y europeas. Sin embargo, su cultura y pasado no invita al
optimismo en su involucración en la vida de los barrios. «Tras 40 años de
estalinismo, en los que los derechos civiles estaban muy limitados, y un
principio de la democracia no muy alentador, el rumano está muy
desencantado de la política», explica el presidente de la Federación de
Inmigrantes rumanos en España, Miguel Fonda. Los más de 50.000 rumanos que
viven en Madrid estarán llamados a las urnas, pero Fonda reconoce que
«aunque la idea es muy buena, costará que sus compatriotas se integren en
la política municipal».
   

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)