La embajada de España en Lisboa patrocina la polémica obra 'Me cago en Dios'
El Mundo, 06-06-2006La obra teatral Me cago en Dios, escrita por Iñigo Ramírez de Haro, cuñado de Esperanza Aguirre y acreedor de una agresión por parte de familiares del ultraderechista Blas Piñar en una de las representaciones de la pieza en Madrid, llega ahora a Lisboa con el patrocinio de la embajada de España en Portugal, cuyo titular es Enrique Panés, y de la Secretaría de Cooperación Internacional, que dirige Leire Pajín.
Me cago en Dios forma parte de un ciclo que el lisboeta Teatro da Comuna dedica este año a Ramírez de Haro, y estará en cartel hasta el próximo 2 de julio. Se encarga de la dirección Carlos Arroja y oficia como escenógrafa la portuguesa Natércia Costa.Interpreta el texto la compañía lusa Cassefaz.
Me cago en Dios causó no poca polémica a su paso por Madrid y generó lo que el teatro consigue en contadas ocasiones: auténticas algaradas y un impacto considerable en la opinión pública. El estreno, en abril de 2004, llevó a la Iglesia a calificarla de «ultrajante», a lo que el autor respondió desde estas mismas páginas: «La expresión se oye todos los días en la calle. La Iglesia, como siempre, pide represión. Antes asesinaban, hoy piden censura».
El Arzobispado de Madrid no cejó, no obstante, en sus críticas: «Es un delito grave contra los sentimientos religiosos de la mayoría de los madrileños». A ellas se sumó la presidenta de la Comunidad, Aguirre, quien, en un intento de marcar distancias, dirigió una carta a los responsables del Círculo de Bellas Artes, que acogía las representaciones, pidiendo su retirada y amenazando con cortar el grifo de las subvenciones a la institución.
Sin embargo, el montaje de Me cago en Dios completó sus nueve representaciones en el Círculo, aunque no sin sangre. En el último de los pases, después de varias amenazas de grupos de ultraderecha e integristas católicos, dos chicos se levantaron del patio de butacas y, al insólito grito de «¡Viva Cristo Rey!», la emprendieron a golpes con el protagonista, Fernando Incera, quien tuvo que gritarle al público, que no se movía de sus asientos, que aquello no formaba parte de la obra, que simple y llanamente le estaban zurrando en escena.
El plan iba más allá: los dos ultraderechistas, que luego se supo que eran familiares de Blas Piñar, ex líder del partido antidemocrático Fuerza Nueva, intentaron prender fuego a parte de la escenografía, compuesta por rollos de papel higiénico.Ante la imposibilidad de consumar su obricidio (Incera estuvo ágil como bombero), los dos jóvenes optaron por destrozar la mesa de sonido y se liaron a golpes con el actor y el propio Ramírez de Haro, allí presente. Los autores de la agresión fueron detenidos.
Días después, Esperanza Aguirre se esforzó ante la prensa por desligar sus críticas de los golpes y el intento de incendio acaecidos: «Una elige a su marido, no a sus cuñados», señaló: «Lo único que ha hecho la Comunidad es decir que, con dinero público, no se puede ofender a los madrileños».
El consejero de Cultura de la Comunidad se reunió poco después con los responsables del Círculo para «estudiar» una limitación de sus ayudas económicas a la institución (una iniciativa de la que poco se ha sabido después), y Ramírez de Haro, ceja partida aparte, consiguió su efecto: Me cago en Dios se reestrenó un mes después en el Teatro Alfil de Madrid. Eso sí, bajo otro nombre.
El autor, que ya contaba en su currículo con otros títulos picantuelos (Aún más turbados, por ejemplo), declaró ante el juez en junio, después de que la obra recibiera más de 3.000 denuncias tramitadas a través del Centro Jurídico Tomás Moro por «provocar el odio a partir de motivos religiosos». Y señaló el cuñado de Aguirre: «No era mi intención herir sentimientos». En octubre de 2004, el juez archivó la denuncia, al no ver en la obra o su autor conducta delictiva.
Ahora, Me cago en Dios ha llegado a Lisboa de nuevo bajo su nombre primigenio, y no se han tenido noticias de movilización alguna en la opinión pública lusa.
(Puede haber caducado)